jueves, 14 de octubre de 2010

Proyecto sobre ruedas

En mis últimas visitas a la ciudad de Colima he tenido la oportunidad de ver a muchos ancianos caminar en los jardines públicos, banquetas y calles. Vi a un hombre de siete décadas en la esquina de una acera, con la mirada fija en el semáforo, su intención era atravesar en silla de ruedas. Tuve nervios al imaginar cómo lo haría, quise salir del taxi donde viajaba para ayudarlo, por alguna razón no lo hice. Segundos después nos alejamos del lugar y su imagen desapareció para quedarse conmigo.Ocurrió algo similar la semana pasada en plena avenida Felipe Sevilla del Río. Los conductores y transeúntes vimos a otro hombre conducirse en silla de ruedas de motor y volante. Tranquilo llegó al otro extremo de la carretera, los mirones sentimos paz al ver su logro.
En Manzanillo, los escenarios son distintos: carencia de banquetas en buenas condiciones, calles en reparación y escasa cultura en trato a las personas de la tercera edad. A lo que pueden aspirar los viejos es a sentarse por unas horas en el jardín principal, tomar café en algún lugar cercano, leer el periódico si la vista lo permite, platicar con los amigos de antaño o los recientes para hablar del pasado y resolver los problemas del mundo.
Por si logramos librar las predicciones mayas de que el mundo se acabará en 2012, y aunque el amigo estudioso de geometría sagrada diga “esto va a tronar”, tengo ciertas reservas de positivismo, por eso me atreveré a llevarle al presidente municipal mi propuesta de “Proyecto sobre ruedas”, donde expondré la urgente preocupación que atañe a muchos seguidores imaginarios de esta columna por contar con plazas comerciales, museos interactivos para ejercitar la mente y cuerpo; bares con enfermeras y enfermeros jóvenes de muy buen ver; que los asilos dejen de tener ese nombre para llamarse “casa de descanso” con monjitas no gruñonas, centros de integración familiar exclusivo para adultos mayores despojados de sus pertenencias por parte de los familiares; pláticas de nutrición y educación sexual por aquello de la obesidad e inseminación artificial, y que en el Centro de Readaptación Social haya obras de teatro, biblioteca con internet para facebookear, y la prioridad será la contemplación de una vía férrea sobre los trazos de la ciudad cuyo propósito será que las personas con capacidades especiales y los viejos puedan transitar sobre ella sin congestión vial, esfuerzo e inseguridad.En los rieles podrán empotrarse los medios de transporte: sillas de rueda, andaderas, bastones y todo aquello que sirva para el traslado de un lugar a otro sin ayuda de un tercero. La idea es que sigan siendo personas independientes y ejerzan su derecho de libre tránsito. Ah, y para protegerse del sol o de la lluvia cada móvil tendrá sombrilla. No habrá licencias de conducir. Los rieles funcionarán con el sistema algo parecido al metro de las grandes ciudades, se recargarán con energía solar, y habrá estaciones de ruedas con rampas cada cincuenta metros para el usuario descienda.


Espero el oficio que en estos minutos redacto sea lo suficientemente contundente para que el señor presidente haga espacio para agendarme una cita, así le explicaré detalladamente el proyecto. Ojalá lo convenza, además, nadie asegura si mañana podremos caminar solos sin ayuda de nadie. Espero tener éxito, y si no lo tengo volveré a intentarlo muchas veces antes de que llegue mi jubilación o mis dolores de lumbago no vuelvan a inmovilizarme por muchos días.

Elsa I.González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
el 14 de octubre de 2010
Manzanillo, Colima, México

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