Elena gustaba de ver la hilera de personas afuera del Centro de Salud, antes de las 7 de la mañana. Entre más temprano menos gente veía, eso lo tomaba como señal para saber que pronto llegaría a la primera clase de matemáticas del profesor Chulines, si es que no se lo topaba en el camino.
Su escenario cotidiano de lunes a viernes era observar señoras con niños en brazos, infantes tristes, hombres de cuerpos débiles, perros con mecate o cadena alrededor del cuello, parejas de novios, estudiantes universitarios, meretrices alegres… y en la entrada estaba don José, el panadero de San Pedrito que conocía desde la infancia, siempre le daba los buenos días.
El personal transitaba a prisa: los pasantes de médicos orgullosos portaban su bata blanca, enfermeros sonrientes saludaban, médicos indiferentes pasaban entre los pacientes, dos jóvenes simulaban barrer bien la banqueta larga, cambiaban de lugar la tierra del concreto y la arrojaban a la calle; en cambio, los jardineros se esmeraban en mantener vivas a las plantas: palmeras de ornato y de cocos, crotos, obeliscos, jazmines, copa de oro, pino, arbustos de hojas verdes y amarillas; árbol de mangos, en el pasto al brotar el agua del rehilete las aves bajaban a beber y a mojar su cuerpo.
Durante cuatro décadas, pacientes de las comunidades de Manzanillo iban a citas médicas o a hacer trámites para obtener certificados médicos, tanto personales como requisitos internacionales de productos a importar.
Durante cuatro décadas, pacientes de las comunidades de Manzanillo iban a citas médicas o a hacer trámites para obtener certificados médicos, tanto personales como requisitos internacionales de productos a importar.
Tras el terremoto del 9 de octubre de 1995, el Centro de Salud sufrió daños en parte de su estructura, por lo que fue necesario improvisar consultorios médicos en el jardín del inmueble; mientras lo reparaban, chozas de madera con cortinas abrigaron a los visitantes. Cuando el riesgo de movimientos telúricos culminó, el inmueble volvió a funcionar normal.
En 2010 la institución de salud cambia de domicilio, donde antes era el Hospital Civil en San Pedrito. La propiedad queda en abandono total, sólo por las noches un velador vigila a media luz desde la caseta de seguridad, pero del jardín que muchas veces acogió a los ciudadanos y dio vida a los animales, está en completo desamparo.
Los árboles y plantas esperan las lluvias del verano para no perecer; casi una decena de bolsas negras de basura desde el mes de noviembre del año pasado siguen en el mismo lugar; vecinos de la colonia sacan la escoba para limpiar el pedazo de acera con la intención de que las hojas secas no caigan frente a sus casas.
En la avenida teniente Azueta no hay más movilización de brigadas para las campañas contra el dengue, autos estacionados sobre el rótulo de azul, exclusivo para personas con discapacidad; venta de flanes y arroz con leche, o bolillo; filas antes de las 6 de la mañana, bardas chuecas por pintar; sólo queda el ánimo de los pájaros, plantas, árboles, para no rendirse al abandono; polvo, basura y un jardín del rey Midas, sin más infantes que puedan apreciarlo.
Es irónico que una institución de esta índole venda salud cuando al mismo tiempo se deslinda de su responsabilidad. A fin de cuentas, sólo es naturaleza, pues ¿a quién le importa respirar menos oxígeno y la vida de unas cuantas aves?
Elena recuerda las instalaciones del actual edificio del Centro de Salud, ahí nació ella cuando el ISSSTE daba atención a los derechohabientes; además, los primeros 7 años de vida asistía con frecuencia a emergencias o a veces tenían que internarla para recibir oxígeno. En el día disfrutaba subir de la mano de mamá el cerro de cemento, ver las ambulancias pasar, oler a medicina y a antisépticos. Lo que más gozaba era llegar a la sala de espera, ya que inquieta veía a los pacientes, imaginaba historias o las escuchaba. Al crecer no tuvo más ISSSTE, pero volvió para recibir el cuerpo de un amigo muerto.
Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
17 de febrero de 2011
Manzanillo,Colima, México
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