jueves, 12 de julio de 2012

Los animales y su Ley


PEPE siempre ha tenido animales domésticos. El primero fue una perra callejera que dio a luz en la esquina de la calle; su familia se hizo cargo de ella y de sus críos. Después a la hermana le regalaron una rata blanca, un hámster y un conejo, los gatos llegaron solos y en pocos meses se reprodujeron sin medida; los pollos pequeños procedían de una compraventa sin descaro en el mercado, los ofrecían al cliente con plumaje de colores que apenas duraba 3 días sobre el cuerpo; un perico, que era el consentido, tanto que le puso de nombre Pepe; las últimas adquisiciones que tuvo fueron dos canarios, un jilguero y un pez. 

El mes pasado, el joven Pepe se enteró que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) Manzanillo recogió de una casa particular, en la colonia Las Brisas, guacamayas y chachalacas. De acuerdo a una entrega voluntaria que hizo el esposo de una mujer para vengarse de ésta –ambos están en proceso de divorcio–, pues la dueña era ella. Las aves ilegales ya tenían 6 años en cautiverio. Entre los pájaros recogidos por la autoridad, dejaron a un loro.
La Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 contiene la lista de las especies que se encuentran bajo alguna categoría de riesgo de extinción en México, dichas categorías son: En peligro de extinción, Amenazada, Sujeta a protección especial y Probablemente extinta en el medio silvestre.
Pepe se dirigió a la Profepa a cuestionar sobre el seguimiento que se le estaba dando a los animales, sin embargo, la delegación del puerto argumentó que los pájaros los trasladaron a la delegación Colima luego de la detención. El personal que lo atendió sólo lo ayudó en proporcionarle los números telefónicos y el contacto con quien podría dirigirse en la capital. 
Al estar en casa, llamó por teléfono a Profepa Colima. Lo atendió una chica encargada cuyo servicio no fue cordial, pues se negaba a dar información a un desconocido, aunque Pepe dijo su identidad, además la mujer tenía prisa por salir de la oficina, argumentó si él deseaba saber más sobre las aves, visitar sus oficinas acompañado de una carta autorización donde la dueña virtual de los animales le diera su consentimiento para informarse. Pepe pidió que lo comunicaran al área jurídica, así lo hicieron. Conversó con el burócrata, sin embargo, no lo auxilió del todo, pues quería recuperar a las aves o, en su caso, estar al pendiente del procedimiento que la Profepa realiza.

El empleado de gobierno, contundente expresó que dichas aves iban a ser consignadas a la Unidad de Manejo Ambiental (UMA), pero desconocía si sería dentro del estado o en Jalisco. 
La UMA son considerados criaderos intensivos y extensivos, zoológicos, viveros, jardines botánicos, ya que en estas unidades se reproducen y propagan ejemplares de flora, fauna y hongos silvestres, y se generan productos y subproductos destinados a los diferentes tipos de aprovechamiento.
Pepe se despidió del hombre con incertidumbre y sorpresa, ya que nunca recibió una información completa. La postura siempre fue: “No se pueden recuperar”. Vaya, sin importar los años que estuvieron al buen resguardo de la mujer. También lamentó ser neófita en el tema.
Foto por LIR


Los días transcurrieron, el domingo y el lunes pasado fue a la playa de Miramar, se percató que frente a la entrada del personal del Hotel Playa de Oro vio una camioneta con placas de Jalisco (JS 34095) vendiendo “Pug legítimos” (perros). 
Regresó a casa y buscó la ley para la Protección de los Animales del estado de Colima, cuya sección X refiere a “De las actividades e instalaciones para la crianza, entrenamiento, comercialización y tratamiento veterinario de animales”, el artículo 75 menciona: “Los expendios de animales vivos en las zonas urbanas estarán sujetos a los reglamentos que les resulten aplicables, debiendo estar a cargo de un responsable que requerirá de una licencia específica expedida por las autoridades sanitarias y municipales. La exhibición y venta de animales será realizada en locales e instalaciones adecuadas para su correcto cuidado, mantenimiento y protección del sol y de la lluvia, respetando las normas de higiene y seguridad colectiva. En ningún caso, dichas operaciones podrán efectuarse en la vía pública”.
Pepe se alegró porque ahora puede fundamentar la irregularidad, y aunque desconoce quiénes son las personas encargadas de vigilar el cumplimento de la ley en la ciudad, los buscará para realizar la denuncia ciudadana. 



Elsa I. Gonzalez Cardenas
Publicado en el Diario de Colima
El 12 de julio de 2012
Manzanillo, Colima, Mexico

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