jueves, 22 de julio de 2010

Salas de lectura

"El poder de la literatura trata de humanizar"
G.M.
Imagina que decides compartir libros y lecturas con tus conocidos y, ¿por qué no?, con desconocidos. Imagina que buscas un espacio, tu sala, tu oficina, el vestíbulo de tu apartamento o simplemente una banca en el parque de tu colonia para colocar 100 libros que poco a poco podrían convertirse en 300 mil.Están ahí los libros, tú y otros entusiastas que leen o escuchan lecturas”.Ésta es parte de la presentación de la página de internet del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), del Programa Nacional Salas de Lectura en toda la República mexicana.Un poco menos de treinta voluntarios, hombres y mujeres entre 30 y 75 años de edad, tienen salas de lectura en sus casas, oficinas, lugares públicos, biblioteca, la banqueta de la calle o donde puedan acomodarse.El pasado 3 y 4 de julio hubo capacitación para integrantes de Salas de lectura en la biblioteca Julia Piza, en Manzanillo, antes estación de tren.
El primer día, el instructor Gabriel Martínez enseñó a leer a los aprendices, leer de forma correcta con un ejercicio,"lectura colectiva", la que consistió en que cada lector debía leer en voz alta un libro del tema que le haya tocado. Una jovencita leyó la biografía del poeta Octavio Paz, la lectura transmitía imágenes de un documental; otra mujer leyó una novela erótica, la voz cambió drásticamente al momento de interpretar al personaje sensual; otro un libro infantil donde el oso apareció en la selva y el sonido feroz impactó en la biblioteca. El resultado del ejercicio fue una lectura más nutrida, mayor atención de los participantes, severidad en el efecto de puntuación y la ilación de historias.El narrador tiene la responsabilidad de dar buena entonación al texto, contextualizar el espacio en el cual se mueve el o los personajes; la puntuación permite que la voz descanse, respire desde la parte baja del abdomen y tome fuerzas para seguir con la lectura; la claridad en la voz debe ser limpia, entendible en las palabras pronunciadas; el volumen adecuado para ser escuchado tanto cerca como lejos, y la modulación es el ritmo con que se habla, si se lee la imagen de un hombre que le llora a su hijo muerto el día del funeral, el lector será el papá quien transmita la tristeza a sus oyentes.
El segundo día, Víctor Chi, narrador oral o cuenta cuentos, los guío para trabajar con la voz, cara y cuerpo. Enseñó a escenificar historias mediante la actuación. Hicieron teatro, vistieron ropas y arreglaron el espacio de acuerdo a los personajes o lugares a interpretar. Por supuesto que las habilidades de cada participante sobresalieron. Todos volvieron a ser niños.
Fue increíble ver a tanta gente positiva, voluntarios dispuestos a regalar su tiempo y ánimo para compartir la lectura desde las cocheras de sus casas, un local prestado, en el trabajo intercambiando libros o en la plaza de la ciudad. Este año Colima ocupó el primer lugar en recibir el primer acervo de libros de autores reconocidos como el recién fallecido Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Ricardo Garibay, entre otros; no rezagos de títulos que anteriormente manejaba el programa.No leer deja de ser pretexto para quienes deseen crecer de forma intelectual y espiritual. Las letras son puertas abiertas al conocimiento, comprensión del pasado y la vida actual. Es una expresión del alma, un regalo de los escritores.
Desde hace 10 años las salas de lectura en Colima son el esfuerzo conjunto de la Secretaría de Cultura y Conaculta, gracias a la excelente respuesta de los promotores. Seguramente la calidez y la sencillez de los porteños son ejemplo para todos promotores de salas de lectura en los demás municipios del estado.


Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
el 22 de julio de 2010
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