En aquel tiempo acepté la invitación con entusiasmo de ir al salón de la presidencia municipal a escuchar el grito de la Independencia de México. La noche del 15, las mujeres y los hombres lucían atuendos artesanales. La gente eufórica esperó bajo el balcón al edil gritar: “Viva México”. Esa noche no llovió. De cualquier forma habría audiencia en la plazuela. Tal vez porque los padres de familia llevan a sus hijos al jardín a ver los cuetitos y al torito; los enamorados van a la cita con la novia y los vendedores ambulantes ofertan su mercancía.Es diferente la fiesta entre paredes blancas y el folclor popular, aunque el disfrute es el mismo. Después crecí y junto con amigos opté por ir al bar a tomar cerveza, tequila, ron o alcohol para celebrar. La noche la prolongábamos hasta las cinco de la mañana en alguna casa o playa.
El año pasado estuve en la ciudad de Colima en pleno jardín frente a la Catedral. La sorpresa fue ver comida por todos lados, puestos improvisados de antojitos mexicanos, flanes, pasteles, atole, tamales, algodones de azúcar y juguetes para niños. Esa noche arrojaron al aire gran cantidad de fuegos pirotécnicos más que en año nuevo en el puerto.
Este 2010 recibo invitación para ir a Celaya. Es la oportunidad perfecta para visitar la Expo Bicentenario Guanajuato, en Silao. Un terreno de 96 hectáreas, espacio multifuncional que permitirá promover la investigación científica, cultura, el mejoramiento ambiental, el turismo, el deporte, la recreación y la atracción de inversiones. Hay varios pabellones: El Pabellón de la Memoria, es un paseo a la historia de México en realidad virtual; Pabellón del Mañana, muestra el planeta alterado y los cambios climáticos; Pabellón de la Identidad, un recorrido a través la creatividad, cultura y el arte de México; Pabellón de Iberoamérica y sus Bicentenarios, El Salvador, Venezuela, Argentina, Ecuador, Chile, Bolivia, Paraguay y Colombia cumplen también 200 años de independencia; Pabellón de los Estados, exhibe la representación histórica, cultural, artística y gastronómica de las 32 entidades federativas del país; Pabellón de la Unión Europea, guarda obras artísticas que dieron su origen en la creatividad de artistas europeos radicados en territorio mexicano, y el Pabellón de las Fuerzas Armadas, exponen armamento, equipo terrestre y aéreo. Por la noche hay espectáculos musicales y obras de teatro. Dicha información puede ser vista en la página de internet de la Expo.
En el diccionario de la Real Academia Española busqué la acepción de la palabra “Independencia”, dice: 1.- Cualidad o condición de independiente. 2.- Libertad, especialmente la de un estado que no es tributario ni depende de otro. 3.- Entereza, firmeza de carácter. ¿A caso Podríamos decir que México es independiente? Cada ciudadano responde de acuerdo al grado de análisis y apreciación personal. Si planeamos la misma cuestión para con uno mismo, ¿soy independiente?, ¿cuál sería la respuesta? Lamento decir, muchos somos dependientes de algo o alguien.
Entre mis dependencias puedo citar el teléfono celular donde recibo mensajes, fotografías y llamadas informales hasta noticias a las diez de la noche; duermo a pocos metros de distancia de él y es la primera voz artificial que interrumpe mi sueño las primeras horas del día; el azúcar en el café, en el pan o alguna golosina, cuando no lo consumo voy hacia la azucarera de talavera, mojo dos dedos de la mano con la lengua, los sumerjo en la arena dulce, los levanto y succiono; la computadora para manejar asuntos laborales y sociales –es curioso, ahora escribo estas líneas en el autobús camino a Guadalajara–, además mi profesión se presta a estar diez horas frente al monitor haciendo trámites de comercio exterior. Admiro a las personas con jerarquías altas que no saben usar tal herramienta y son eficientes trabajadores. Al menos sé mi “dependencia es por elección”, desaparecerá por voluntad propia.¿Qué pasa cuando la dependencia es impuesta? Sin contar con la alternativas de elegir, y lo peor, creer que se tiene la opción. Por citar un ejemplo: “tomar leche es nutritivo”, es lo que nos venden los médicos y anuncios publicitarios, sí, lo es el primer año de lactancia, durante los demás años no es necesario y menos beber leche de una vaca que ingiere alimentos modificados para producir más líquido. El consumo de aguas de sabor light, embotelladas con el ingrediente endulzante aspartame, malo para la salud. Los desodorantes antitranspirantes en las mujeres sin la advertencia de su uso “podría ser causa de cáncer de mama”. Dirán que soy una drástica o que todo hace daño.
Considero que debe de existir responsabilidad del fabricante hacia el cliente de informar los beneficios y causa que pudiera causar el consumo del producto. La dependencia es cómoda, ¿valdrá la pena independizarnos? No cualquiera deja todo para buscar el camino sin manipulación y apegos. Por las dudas, apago la computadora y gozo mi viaje rumbo a tierras guanajuatenses.
Elsa I.González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
16 de septiembre de 2010
Manzanillo, Colima
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