jueves, 28 de octubre de 2010

Murales en el panteón

A: Melchor Álvarez Hernández.
La gente ve bien que haya pinturas en el panteón. La otra vez a alguien se le ocurrió poner un botecito con un letrero que decía: “Cooperen para el muralista”. La gente pasa y dejan sus moneditas. El Día de las Madres llegué a juntar 500 pesos.
Recibo del ayuntamiento mil pesos quincenales, y el material fue donado por Chilo, pero la verdad trabajo por puro amor al arte.A los veinte años aprendí a pintar gracias al pintor Carlos Escobar León, él fue mi maestro, aunque claro, ya tenía nociones de los colores. Él me instruyó a pintar de forma ordenada y me dio técnicas. Lo conocí cuando entré a laborar a Migración, él fue mi jefe. Luego, el mismo trabajo requería que estuviera en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y radiqué ahí veinticinco años. Uno siempre quiere regresar a su tierra, hacer algo. Desde hace tres años vivo en Manzanillo, pero tengo que volver a Laredo, dejé familia y casa.Tengo que conseguir el material para pintar, aquí no lo hay, sólo en la ciudad de Colima y es caro. La ventaja en Nuevo Laredo es que se puede pasar uno al otro lado y a comprar todo lo que necesites. También puedes exhibir tus cuadros, allá sí aprecian el arte. Algunas pinturas que hice las exhibí en Estados Unidos con amigos. Hice amistades donde radicaba, así aprendí y perfeccioné más la pintura.
En el año 2001 obtuve mi jubilación, ya deseaba dejar de trabajar ahí porque se ven muchas cosas, violaciones, deportados, muertes, sí, la cosa está fea por allá. Nunca me llamó la atención pintar sobre lo que vi, lo que hago son paisajes, marina; el mar me gusta.Estoy pintando en el panteón municipal porque le dije al administrador de ese lugar que yo pintaba, pero como que no creía, hasta que le mostré mis cuadros y parece que le gustaron. Pronto contó el proyecto que tenía pinturas en mural. Antes había cotizado con un pintor, pero salía carísimo y no se logró, conmigo hizo la propuesta y le dije que sí.Trabajo mucho, estoy en el cementerio desde la mañana. Fue muy difícil pintar durante los tiempos de lluvia porque la pintura no agarraba. He padecido dengue dos veces en lo que va del año, hay mucho mosquito. Tengo mis trabajitos pintando casas y la otra vez estuve mate y mate moscos más que darle color a las paredes.
Arribé al edificio municipal de cultura a las trece horas del jueves pasado. Llegué puntual, celebré en silencio. Tomé asiento en el sillón del pasillo. Un hombre de vestimenta sencilla, de lentes ligeramente salpicados de pintura blanca estaba sentado a pocos centímetros de mí. “Buenas tardes”, saludé. Apenas pasaron algunos minutos cuando mi impaciencia comenzó a cuestionar sobre la impuntualidad y falta de respeto que tienen muchas personas en desperdiciar el tiempo de otros. Opté mejor por cuestionarle al compañero de a lado: “¿Y usted, quién es?” Él, con voz pausada y poco titubeante, en saber qué responder, dijo: “Melchor”. “¿Qué hace o a qué se dedica?, y perdón que lo pregunte así, quiero saber si también fue citado hoy a la una de la tarde”. A lo que respondió: “Bueno, a veces pinto”. Comenzó a contar episodios de su vida laboral, y por el año deduje que debía conocer a mi padre, por supuesto indagué: “¿Entonces usted conoce a mi papá?”. “¿Quién es?”. Le di el nombre, él asintió: “Claro, es mi amigo”, y partir de ese minuto se dio unas de las conversaciones más amenas que he tenido en mi vida.
Melchor Álvarez Hernández nació en el año 1949. Creció en Manzanillo, Colima, donde vivió muchos años, por lo que dice que es manzanillense. Después de un cuarto de siglo ausente, regresó por el gusto de aportar algo a la comunidad. Ahora tiene la encomienda de pintar diez murales en el panteón municipal. Cinco están concluidos, llevan por nombre: el primero, La nueva Jerusalén; el segundo, Cristo la resurrección; el tercero, Jesús orando en el Monte de los Olivos; el cuarto, Jesucristo cargando la cruz, y el quinto, El árbol de la vida.
El próximo año iniciará “La última cena”, la barda medirá 16 por 4 metros.Ojalá muchos porteños aprecien su arte, y a quienes tienen la posibilidad de ayudar tanto empresas privadas como gubernamentales le echen chequecitos en abono en cuenta al beneficiario en el botecito que dice: “Cooperen para el muralista”, sin la necesidad de que él gestione apoyo.A las trece horas cuarenta minutos, la persona que nos citó interrumpió la plática. Para despedirnos argumenté: “Iré a visitarlo”, a lo que contestó: “Nos vemos en panteón, ahí estoy desde las ocho de la mañana”. Ambos callados seguimos el camino que aquel hombre nos condujo.
Elsa I.González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
28 de octubre de 2010
Manzanillo, Colima

jueves, 21 de octubre de 2010

Línea recta

Camila quería estudiar la licenciatura en Comunicación. Hizo los exámenes necesarios, y aunque apareció en la lista de estudiantes aprobados para ingresar a la universidad, jamás entró al salón de clases.Era difícil para su madre costearle los gastos de alojamiento, alimentación, pasaje y escuela. Tuvo que estudiar Contabilidad en la facultad del lugar de residencia. Al egresar trabajó en un patio de contenedores en el área contable; ahorró lo suficiente para ir a Estados Unidos. Duró poco más de un año en Los Ángeles, California. Quiso conocer Europa, viajó a España, Inglaterra, Brujas, París, Holanda y otros países cercanos. Vivió tres años en Bruselas, Bélgica.Camila trabajó de nana en el extranjero para subsistir.
Al regresar a Manzanillo empezó de nuevo. Encontró trabajo en el “departamento de la quietud”, poco hacía hasta terminar harta de no hacer nada. Renunció y consiguió otro empleo casi al mismo tiempo en que entró a estudiar la maestría. Ella es igualita a Rachel, el personaje de la caricatura “El recreo”, la niña de pecas en el rostro, tez blanca, inteligente, alta, siempre juzga lo que debería ser de lo que es, cuestiona las dudas, opina y critica para bien, vive en línea recta por convencionalismo.
Camila pareciera trotamundos, pero no lo es. Dice necesitar a alguien para hacer algo y justifica sus temores con la frase: “Eso a mí no se me da”.
Vivir en línea recta es la mejor manera de evitar problemas. Ser persona de paz, predecible, elegir bien, dar buenos ejemplos y consejos de comportamiento, al final, con los años cansa. Los rectos suelen tener seguidores, la gente los hace líderes. ¿En realidad son intocables por sus demonios o es una farsa del gran demonio que esconden? Sacar los demonios implica un redescubrimiento interno. Desaparecer de nuestra mente o al menos programarla para no sentir envidia, miedo, inseguridad, coraje, deseos hacia la mujer u hombre ajeno, no tener ganas de matar o del suicidio, caminar desnudo por la calle, gritar groserías, hablar obscenidades, corromper a la autoridad, fumar cannabis, manipular al débil, el no hacer perversiones, debe servir para algo.
Aceptar la parte oscura del alma es autoconocimiento. Los religiosos suelen decir: “Entre más cerca de Dios estés, el diablo vendrá a seducirte para que caigas en la tentación”, pero ¿qué pasa con lo mundano? ¿A caso elegir el camino espiritual es la llave para vivir sin complicaciones o aceptar sin temor quién eres, conlleva al entendimiento?La doble moral nunca perecerá.
Reprimir al personaje que actúa bajo la piel pronto saldrá a tratar de dominar al consciente. Lo hará de forma discreta, medirá territorios, verá qué tanta libertad puede poseer, si le gusta el atrevimiento o prefiere continuar en su lucha de permanecer en el encierro.
En México, los católicos optan por adormecer a los demonios, despertarlos sería pecar, ir en contra de la divinidad sin pase automático para ir al cielo. Todos tenemos flaquezas y en el hilo del camino saldremos de la recta sin percatarnos.
Los verdaderos demonios son aquellos imaginarios a los que nunca tuviste la valentía de enfrentar.
La semana pasada, por primera vez en su vida, Camila se hizo la pinta. Desistió entrar al aula junto con tres compañeras, “no tuvimos ganas de estar en clases, nos fuimos de pinta. Llegamos al café y chismeamos, luego al cine y por último a cenar sushi. Puro chismear”. Comentó feliz.
Camila a veces extraña vivir en el extranjero, argumenta que en Europa tener menos de cuarenta años, ser soltera, medir de un metro setenta y tres de estatura es poco, subir a las cajas de las bocinas a cantar y bailar en el bar, fumar porritos, ver personas desnudas en las vitrinas de Ámsterdam, estudiar y trabajar todo el tiempo, es normal. Ella espera algún día regresar, salir por las noches de su habitación para ir al departamento del amante español y no regresar durante muchos días a casa.
Elsa I.González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
el 21 de octubre de 2010
Manzanillo, Colima,México

jueves, 14 de octubre de 2010

Proyecto sobre ruedas

En mis últimas visitas a la ciudad de Colima he tenido la oportunidad de ver a muchos ancianos caminar en los jardines públicos, banquetas y calles. Vi a un hombre de siete décadas en la esquina de una acera, con la mirada fija en el semáforo, su intención era atravesar en silla de ruedas. Tuve nervios al imaginar cómo lo haría, quise salir del taxi donde viajaba para ayudarlo, por alguna razón no lo hice. Segundos después nos alejamos del lugar y su imagen desapareció para quedarse conmigo.Ocurrió algo similar la semana pasada en plena avenida Felipe Sevilla del Río. Los conductores y transeúntes vimos a otro hombre conducirse en silla de ruedas de motor y volante. Tranquilo llegó al otro extremo de la carretera, los mirones sentimos paz al ver su logro.
En Manzanillo, los escenarios son distintos: carencia de banquetas en buenas condiciones, calles en reparación y escasa cultura en trato a las personas de la tercera edad. A lo que pueden aspirar los viejos es a sentarse por unas horas en el jardín principal, tomar café en algún lugar cercano, leer el periódico si la vista lo permite, platicar con los amigos de antaño o los recientes para hablar del pasado y resolver los problemas del mundo.
Por si logramos librar las predicciones mayas de que el mundo se acabará en 2012, y aunque el amigo estudioso de geometría sagrada diga “esto va a tronar”, tengo ciertas reservas de positivismo, por eso me atreveré a llevarle al presidente municipal mi propuesta de “Proyecto sobre ruedas”, donde expondré la urgente preocupación que atañe a muchos seguidores imaginarios de esta columna por contar con plazas comerciales, museos interactivos para ejercitar la mente y cuerpo; bares con enfermeras y enfermeros jóvenes de muy buen ver; que los asilos dejen de tener ese nombre para llamarse “casa de descanso” con monjitas no gruñonas, centros de integración familiar exclusivo para adultos mayores despojados de sus pertenencias por parte de los familiares; pláticas de nutrición y educación sexual por aquello de la obesidad e inseminación artificial, y que en el Centro de Readaptación Social haya obras de teatro, biblioteca con internet para facebookear, y la prioridad será la contemplación de una vía férrea sobre los trazos de la ciudad cuyo propósito será que las personas con capacidades especiales y los viejos puedan transitar sobre ella sin congestión vial, esfuerzo e inseguridad.En los rieles podrán empotrarse los medios de transporte: sillas de rueda, andaderas, bastones y todo aquello que sirva para el traslado de un lugar a otro sin ayuda de un tercero. La idea es que sigan siendo personas independientes y ejerzan su derecho de libre tránsito. Ah, y para protegerse del sol o de la lluvia cada móvil tendrá sombrilla. No habrá licencias de conducir. Los rieles funcionarán con el sistema algo parecido al metro de las grandes ciudades, se recargarán con energía solar, y habrá estaciones de ruedas con rampas cada cincuenta metros para el usuario descienda.


Espero el oficio que en estos minutos redacto sea lo suficientemente contundente para que el señor presidente haga espacio para agendarme una cita, así le explicaré detalladamente el proyecto. Ojalá lo convenza, además, nadie asegura si mañana podremos caminar solos sin ayuda de nadie. Espero tener éxito, y si no lo tengo volveré a intentarlo muchas veces antes de que llegue mi jubilación o mis dolores de lumbago no vuelvan a inmovilizarme por muchos días.

Elsa I.González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
el 14 de octubre de 2010
Manzanillo, Colima, México

domingo, 10 de octubre de 2010

Vidrios polarizados

“Nomás porque estoy chaparrito, moreno y parezco de veinticinco años creen que soy un pendejo. Me subieron a la patrulla esos policías estatales preventivos, después de descender del automóvil cuando transitaba por el crucero de Las Hadas. Casi veinte minutos estuve detenido.
Conducía con las ventanillas polarizadas abajo, así manejo en la ciudad para evitar problemas, pero uno de ellos cuando dio la orden de que bajara del carro, le pedí tiempo mientras terminaba una llamada que tenía con un cliente. No tuvo paciencia, pateó el coche. “Mi encono vino pronto, descendí del Monza, pregunté qué infracción tenía. Argumentaron que era por circular con vidrios polarizados. Pronto respondí a la petición de mostrar la licencia de conductor, tarjeta de circulación y les mostré una de presentación. Cuestioné por qué no detenían a los demás conductores que pasaban en ese instante bajo las mismas condiciones que yo y en qué artículo del Reglamento de Tránsito, Vialidad y Transporte dice que no deben infraccionar a ningún funcionario público por traer vidrios polarizados. Hasta les saqué mi teléfono para tomar fotografías, por supuesto no lo permitieron. Señores, están violando mis garantías individuales. Si delinquí vamos ahoritita mismo a la cárcel. Lo repetí varias veces”.
El Reglamento de Tránsito, Vialidad y Transporte del municipio de Manzanillo, artículo 19, Fracción XI, Código 68-/XI.-cristales, dice: “A).- Los cristales que se utilicen en parabrisas, medallones, ventanillas y aletas laterales deberán de ser de cristal transparente e inastillable, y no estar agrietados, ni ser obstruidos con carteles u otros objetos, que impidan la visibilidad; en consecuencia, queda prohibido utilizar cristales oscuros o polarizados”.En las avenidas principales y carreteras siguen en tránsito muchos vehículos con vidrios polarizados. A los dueños no les interesa en lo más mínimo pagar un promedio de 500 pesos para quitarlos ni tampoco ellos lo harán. Traer vidrios oscuros tiene ciertas ventajas, a parte de cubrirse de los rayos del sol, una es pasar desapercibido tanto el piloto y/o copiloto ante los ojos de los mirones, como no supieran grabar de memoria el número de placas, color de auto y modelo. Las leyes deben ser respetadas con el fin de mantener el orden público y no señalar por qué fulanito no tiene infracción y yo sí. Lo más conveniente es ir a la Comisión de Derechos Humanos del Estado a presentar una queja cuando se suscite mal trato de parte de la autoridad hacia su persona para que ésta haga las recomendaciones pertinentes a tales dependencias y evitar este tipo de irregularidades. Las primeras dos semanas de 2010, la Comisión Estatal de Derechos Humanos recibió ocho denuncias por agresiones a las garantías individuales y derechos humanos, por tal razón se impartieron cursos y talleres de capacitación con policías municipales y la estatal preventiva para sensibilizarlos en el trato humano y evitar las agresiones.
Habría que capacitarlos cada dos meses para hacerles recordar el cumplimiento de su deber con los más altos principios de responsabilidad, ética y legalidad.
El chaparrito, moreno, resultó ser un chico cinco años mayor de los que aparenta, el mejor vendedor de la zona de la empresa transnacional donde labora, tiene maestría y deseos de estudiar el doctorado. Algo intuyó uno de los cuatro policías estatales preventivos o tal vez fue el único de los cuatro que recordó parte de sus acciones: “Mantener el orden, la paz y la tranquilidad pública dentro del territorio del estado y de sus respectivos municipios”. Ojalá esto no sean inicios del abuso ni prepotencia de la autoridad, porque entonces tendremos que cuidarnos de la delincuencia y de ellos también.“Después me soltaron estos tipos, pero no se vale, no soy ningún delincuente”.
Elsa I.González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
el 07 de octubre de 2010