jueves, 30 de junio de 2011

Del otro lado
































Esa madrugada llovía. La primer lluvia torrencial de junio, 5 días después del día de San Juan. Los relámpagos iluminaban el pedazo de ventana que podía alcanzar a ver, los rayos hacían que la cama retumbara como percusiones africanas, la electricidad se fue por largos minutos y el calor cesó de inmediato.
Por un hueco de la reja vi cómo el hombre recibió ocho macanazos por parte del guardia. En el momento que lo golpeaban sentí el dolor en mi cabeza y pensé que los golpes no justificaban el castigo, porque cualquier ave al tener la oportunidad de poder volar lo hace sin pedirle permiso a su dueño.
En ese momento yo no tenía la suficiente madurez para asimilar la magnitud de lo que me esperaba, sólo tenía la intuición que no sería nada bueno. Lo preocupante para mí era desconocer cómo podría tener acceso a los libros, contar con una libreta y un bolígrafo para escribir.





En los días 25 y 26 de junio se llevó a cabo el Festival de Salas de Lectura en el municipio, organizado por el Instituto Municipal de Cultura, en coordinación con la Secretaría de Cultura, nueve promotores de las salas de lectura y la Asociación Civil Escapistas en la explanada del Pez Vela.
Bajo los toldos blancos los promotores prestaban sus libros a los visitantes para que los leyeran sentados en las sillas o en las bancas del jardín. La creatividad en el arreglo del espacio apenas alcanzó a notarse, pero el entusiasmo y las ganas de seguir en la promoción de la lectura siempre estuvieron presentes en el ambiente. Hubo talleres de cómo elaborar un libro artesanal, lecturas en voz alta, hasta lucha libre –aprovechando que el siguiente fin de semana habrá funcion de la AAA–. La jornada fue un poco larga, desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche, sábado y domingo.




Contar con una sala de lectura es muy fácil, sólo se requiere presentarse con la persona encargada de la coordinación de Manzanillo, Gabriel Martínez Campos, quien asiste los jueves por la tarde a la biblioteca Julia Piza, se inscriben con él y en en poco tiempo les proporciona una dotación de libros de literatura para todas las edades y gustos.




Se puede poseer la sala de lectura en la cochera, patio de la casa o en cualquier lugar público donde la gente no tenga problema de asistir, incluso hay un promotor que lleva libros a su trabajo como sala de lectura móvil. Existen salas de lectura independientes que no están vinculadas con la Secretaría de Cultura, las cuales tienen un doble reconocimiento. Sin embargo, también las hay donde la mayoría de los asistentes son niños y para poder atraerlos a que las visiten los promotores invierten poco de su dinero en la preparación de unos ricos alimentos y aguas frescas.





Las salas de lectura son un excelente programa para que la gente se acerque a la literatura, no a los libros de superación personal, pero es importante que los promotores se alejen un poco de sus residencias, que se conviertan en salas móviles o, en su caso, salgan cada 15 días o una vez por mes a los centros de rehabilitacion social, hospitales, asilo de ancianos, horfanatos y comunidades, pues ellos son las personas más vulnerables que podrían descubrir otros mundos, hacer de sus vidas otras historias o simplemente les ayudaría a estar siempre acompañados de un buen libro.




Un poeta hidrocálido, de Aguascalientes, suele ir al centro de rehabilitación social a leerles a los presos y dice que es bien recibido por ellos. Si es verdad que la lectura humaniza, hay que demostrarlo.




La lluvia cesó pocas horas después. El silencio pareció desaparecer en la tormenta de rayos. El hombre desobediente estaba en la cama en posición fetal. Yo no lograba conciliar el sueño y pronto amanecería. Un sentimiento de culpa vino a mi mente al recordar que no tuve la voluntad de ir al Cereso a leerles a los presos, aunque la invitación siempre estuvo abierta. ¿Para qué?, seguro no apreciarían la lectura, además pudiera resultar peligroso –decía–, pero hoy que estoy del otro lado necesito un libro o un buen cristiano que pudiera leerme para no sentir tan fuerte la soledad, aunque sea el cuento más corto del mundo.

jueves, 23 de junio de 2011

La radio

El lunes por la mañana el reloj marcó las 7. China va a la cocina, busca la tetera, la encuentra, coloca agua de la llave dentro, enciende la estufa eléctrica y espera la ebullución para que el líquido mate por completo los bichos que pudiera tener. Al recipiente no le agrega eucalipto ni yerbabuena, esta vez preparará café soluble. La boquilla de la tetera empieza a chiflar. Ella apaga el fuego de la parrilla, vacía el agua en su taza de color mostaza, abre el frasco de café, agrega una cucharada pequeña y otras dos y media de azúcar morena. Deja la cocina, camina rumbo al comedor de ocho sillas con la taza en la mano izquierda; toma el lugar del rincón donde la espera su computadora vieja con ventilador en la base, presiona el círculo “on”, enciende. Revisa las tres cuentas de correos electrónicos, ve que no hay cartas por responder. En la pared sale el pájaro coqueto de la casa de madera a decir “cucu” ocho veces, después se escucha un sonido musical para afirmar la hora.


China conecta el cable del estéreo, sintoniza la radio, tiene la intención de escuchar las noticias locales. Se oye la voz del locutor contento, ríe mientras pronuncia alguna ironía. Una voz femenina y ecoluente interrumpe la conversación, es una locutora; la voz masculina en tono fuerte empieza a hablar sobre las quejas de los padres de familia con el tema de la nueva forma de inscripción en las escuelas públicas a través de internet: “No todos los padres de familia saben usar la computadora, además no tienen tiempo de ir a un cibercafé para hacerlo, y si lo tienen, el programa de inscripción no da respuesta inmediata; a quién se le ocurre esta modalidad. Por favor, señores, no es justo”.

La inconformidad, en apariencia, es por parte del auditorio hecha a través de la voz masculina del noticiero matutino, pero él, sin percibirlo, cambia su tono por falta de aire en repetición del mismo discurso: “Por favor, señores”.

China da sorbos a su café para distraerse un poco del posible problema expuesto en el programa y piensa en la indígena descalza que vio caminar a la orilla de la carretera, en los sencillos planteles educativos que conoció, donde los baños con espacio de metro por metro cuadrado, y los salones con piso pulido son suficientes para que los niños aprendan el nivel primaria en el sur del país.

La voz irónica es cada vez más aguda por falta de aire. El locutor sigue la misma queja sin sugerir soluciones, al contrario, hace un llamado a las autoridades educativas para pedir explicaciones. El reloj no marca el cuarto de hora aún y a China le comienza a dar flojera seguir con la misma cantaleta en el noticiero. No quiere, tendrá que hacerlo. Apagará la radio si el locutor no toma aire y cambia el tema de discusión.

Ella se irrita un poco, lamenta no poder sintonizar alguna buena señal de radio como las que existen en la capital del estado, o una estación FM con locutores que no sólo se dediquen a criticar, sino que propongan, gestionen las inquietudes colectivas, ejecuten las acciones como muestra de que todo tiene solución.

China, la primera vez que visitó la radio, debió ser antes de terminar tercer grado de primaria, cuando la maestra llevó al grupo a XECS. Estaba contigua a la avenida México, arriba de un banco comercial. Era un cuarto cerrado con alfombra y micrófonos en una mesa frente a un señor que traía en sus orejas unos audífonos grandes.

Se escuchaban música de moda, y al terminar la melodía ponían anuncios publicitarios o el hombre dialogaba como monólogo. Hace años que fue a radio XEAL para acompañar al amigo poeta a una entrevista que pasarían al aire. En aquel entonces la radiodifusora tenía su espacio en la misma avenida México, frente al jardin municipal Álvaro Obregón.

Los radioescuchas necesitan comunicadores con buen intelecto, donde puedan escuchar pláticas amenas, inteligentes, voces que contagien el entusiasmo para unificar esfuerzos con la sociedad; requieren verdadera música –arte–, no nada más la que está en boga.

Antes de apagar la radio, con tristeza recuerda lo que le dijo el gerente de la radio cuando China llamó hace más de 5 años : “Entiendo su petición, la tomamos en cuenta, pero al público es lo que le gusta, no podemos cambiar, eso es lo que vende”.

Mientras el puerto sigue, en la recepción hay grandes empresarios; los comunicadores creen poco en el intelecto de la sociedad porque piensan que poco importa la cultura.
China cambia a la opción “cd”, presiona play y la melodía de Guitarras de la costa vibra en toda la casa.




Elsa I. Gonzalez Cardenas
Publicado en El Diario de Colima
el 23 de junio de 2011
Manzanillo, Colima, Mexico

jueves, 16 de junio de 2011

¡Qué calor!



Danielle apenas sabe decir unas cuantas palabras: agua, bye, gato, moon, papá y mamá. Cuando escucha volar un avión o ve a los pelícanos pasar cerca del mar, estira el brazo, abre y cierra la muñeca de su mano, dice adiós en inglés, sonríe y enseña sus dos únicos dientes de leche.

Apesar de que la casa donde vive tiene bastante ventilación para permanecer fresca, no es suficiente en tiempos de calor. Rogelia, su madre, a veces se queja o maldice al clima por ser tan caliente y mete a la hija a la bañera por más de tres ocasiones al día; por las noches enciende el aireacondicionado para dormirla, pero a Dany no le importa si hace calor o frío, ni siquiera le molesta.
Según el estado del tiempo, Manzanillo tiene una temperatura promedio de 33 grados centígrados a la sombra con un mínino de 23. Mayo y septiembre son los meses más calurosos del año, también abarca algunos días de junio por ser víspera a las primeras lluvias de verano.

El director local de Proteccion Civil, David Sánchez Nogales, declara en la prensa local, un día después de haber pasado el huracán Adrián: “Mar adentro en la costa de Manzanillo, dejó a su paso una sensación térmica de 45 grados centígrados”.

La sensación térmica es la sensación que se da en las personas, es decir, la que tiene en función de los parámetros que determinan la temperatura que posee el ambiente en el que se encuentran; sin embargo, medir la sensación térmica depende de muchos factores y no es de caracter universal, va de acuerdo a las actividades que estemos realizando, el estado de salud, la edad, al aire, entre otros. “El valor que se calcula para la sensacion térmica es subjetivo".

Lo paradójico es que muchos se quejan del calor, pero a pocos les interesa saber las razones del padecimiento, menos les ha de importar cuidar a la naturaleza. Si al menos en las casas hubiesen árboles frutales para que den sombra: granada, guanábana, guayaba, limón, mango, papaya, tamarindo; o los dueños de las viviendas no mandaran encementar el único lote de área verde que suelen tener para mantener menos caliente el inmueble.

Pareciera que ser quejumbrosos ante la Madre Tierra fuera la solución al daño que día a día se le causa. El ser humano tiene corresponsabilidad del desequilibrio que sufre nuestro ecosistema.

Recordar las famosas "erres": reciclar, reducir y reutilizar, es la moda en instituciones educativas de nivel básico, pero no debe olvidarse que lo más importante es reducir, evitar el gasto de energía que se consume para poder producir tal producto o servicio.

Por mencionar algo: para fabricar botellas de plástico (PET) se requiere casi la misma cantidad de energía que para hacer botellas de vidrio. Sin embargo, para producir un kilogramo de resina de plástico se necesita casi nueve veces más energía que para producir un kilogramo de vidrio. El vidrio puede ser reciclado en una nueva botella, mientras que la botella de PET es más probable que sea reciclada como otro tipo de producto.

“La fabricación de resina de PET genera más emisiones tóxicas (de níquel, etilbenceno, óxido de etileno, benceno) que la fabricación de vidrio. La producción envases de PET genera 100 veces más emisiones tóxicas al aire y al agua que la misma cantidad de envases de vidrio”-Berkeley Ecology Center, April 1996- y como ironía en el Ártico, una región olvidada tras el fin de la Guerra Fría regresa a la política internacional como una zona de posibles disputas, gracias al calentamiento global.

La importancia de la región volvió al primer plano en la última semana gracias a la filtración de cables de Wikileaks sobre el tema y a un reclamo que anunció Dinamarca. Se estima que la capa de hielo que cubre el Ártico protege en torno al 25 por ciento del petróleo que queda por explotar en el planeta, lo que colocaría a la región al mismo nivel que Arabia Saudita en cuanto a depósitos de “oro negro”. También es rico en gas natural, carbón, hierro, plata, oro, zinc e incluso se dice que rubíes.

El deshielo está haciendo que estos recursos naturales sean más accesibles sobre todo para Estados Unidos, Canadá, Rusia, Dinamarca y Noruega, que son los países que tienen líneas fronterizas con el Ártico.

El desastre ecológico va en aumento a la par con las olas de calor que se vive en todo el mundo, depende de cada individuo si vale la pena quejarse o contribuir a la agonía del planeta.

A Danielle le gusta admirar a la luna. Su mamá a diario baja con su hija a la terraza a buscarla al ocultarse el sol; la infante voltea a ver el cielo a todas direcciones, al encontrarla señala con el dedo y grita feliz: “The moon”, mientras el sudor moja la cabellera de su cabeza.


ELSA I. GONZÁLEZ CÁRDENAS
Publicado En El Diario De Colima
El 16 de junio de 2011
Manzanillo, Colima, Mexico

jueves, 9 de junio de 2011

Algo tiene San Cristobal



























































"Los mayas, antes de partir de Palenque,
dejaron su magia en todo Chiapas"

La pantalla anuncia los horarios de salidas y tarifas. De San Cristóbal a Cancún, Ciudad de México, Comitán de Domínguez, Ocosingo, Playa del Carmen, Tuxtla Gutiérrez, Villa Hermosa, en la central camionera. Un costo promedio de 900 pesos hasta la central El Tapo, si se desea viajar al D.F., pero si se llega a la ventanilla del boletero y argumenta: “Quiero un boleto de 350 pesos a la Ciudad de México”, éste lo vende con cautela y aclara que el destino final es La Merced, con tiempo de tránsito de 13 a 14 horas; en cambio, el de la tarifa más alta hace 11 horas de camino, más una hora de espera por revisión de pasaje y unidad por parte de las autoridades de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y el Instituto Nacional de Migración (INM) en las afueras de Tuxtla, como medida de seguridad por el tráfico de drogas e indocumentados centroamericanos y asiáticos que arriban al estado de Chiapas con el sueño de cruzar la frontera norte e ir a los Estados Unidos de Norteamérica. Por carretera de San Cristóbal a Guatemala se hace menos de 4 horas en colectivo y cuesta 80 pesos el viaje sencillo.

En la frontera sur de México está La Mesilla, Guatemala, un lugar tranquilo al menos los domingos por la tarde, a excepción de miércoles o jueves –días de venta, donde los guatemaltecos bajan a vender sus mercancías–, incluso es posible pasar al país sin pasaporte. Según lo piden, muy adentro de la ciudad y al regreso.

Parte de La Mesilla es un andén de vendedores ambulantes con productos “Made in China”; tiendas textiles de chales preciosos que más tarde pueden verse en los brazos de las indígenas para comercializarlos en San Cristóbal, o los vestidos de telas frescas son vistos en los aparadores del centro de Manzanillo; locales de comida poco confiables, jóvenes morenos atentos a los pasos de los turistas, transporte público, pequeños carros rojos con capacidad para tres personas, pero antes de recorrer el pasillo, un señor con fajos de billetes cuestiona al peatón si requiere cambiar su moneda por quetzales –100 pesos mexicanos equivalen a 60 quetzales–.

A 176 kilómetros de ahí, en San Cristóbal de las Casas, por las noches el turista es feliz en los bares El Zirco, Revolución, Perfidia, La Pura Vida; de domingo a lunes y durante el día, en la plaza, cafeterías de los portales rosas, restaurantes, andador Guadalupano y mercado de artesanías. Por otro lado, las organizaciones no gubernamentales son presa fácil del viajero europeo de mochila, aunque también existen voluntarios internacionales con espíritu neto de brindar lo mejor de sí en las comunidades poco favorecidas. A los franceses les encanta la ciudad, hay muchos, así como pocos asiáticos y africanos. Es multicultural. El estado tiene riqueza natural, cuenta con ríos, lagunas, cascadas, mar, selva, bosque, gran variedad de flora, fauna, y el cielo siempre pinta oleos espectaculares.

La otra faceta del lugar es que existe una notable pobreza. Los indígenas bajan a la ciudad a vender lo que producen: textiles bordados a mano, blusas, cinturones, pulseras, aretes de semillas o de la figura del subcomandante Marcos; manteles para la cocina, ropa de cama, llaveros de changos aulladores, frutas, verduras, figuras diminutas de barro y tela. Los niños y mujeres trabajan largas horas, mientras que la mayoría de los hombres les basta vender dulces por las noches a la entrada de algún bar.

Gran cantidad de jóvenes universitarios, mexicanos y extranjeros, realizan investigaciones de maestría en Biología u otras áreas sociales.
Algo tiene San Cristóbal porque seduce al visitante a no partir o lo invita a regresar, quizá sea la calidez de su gente, la lucha constante del indígena por sobrevivir cada día, la entrega incansable de los buenos corazones por construir una sociedad con mejores oportunidades de vida. Es el punto de reunión en el mundo donde convergen distintas culturas con ideales similares: vivir en paz sin distinción racial, una búsqueda de la justicia y equidad social, estrechar lazos de amistad y las benditas ganas dar un poco de sí.

El clima de seguridad es excelente. Escasos policías preventivos están en los lugares céntricos, mientras las zonas militares tipo fortalezas se encuentran en las afueras de la ciudad. Prevalece el orden y el respeto entre los chapanecos y turistas.

Foros independientes proyectan documentales del movimiento zapatista en sencillas salas de cine hechas por ellos mismos. Los intelectuales y los simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se reúnen una vez por semana para deliberar temas importantes que acontecen en el país. La entrada es libre para cualquier persona que desee asistir a escuchar. Las sesiones son en castellano y tzotzil. No se puede negar que la existencia de financiamiento extranjero en asociaciones civiles que trabajan en proayuda de la sociedad.

San Cristóbal de las Casas es una ciudad que viste de bordados de algodón, lana del borrego sagrado y chaquira; donde los telares, el sonido de la marimba africana, las lenguas indígenas y extranjeras son comunes. ¡Es un encanto de ciudad, la tierra prometida!


Elsa I. Gonzalez Cardenas
Publicado en El Diario De Colima
El 09 de junio de 2011
Manzanillo, Colima,Mexico

viernes, 3 de junio de 2011

O N G



Vivimos en una era en la cual las relaciones internacionales ya no están dominadas por dos Estados como actores únicos.
Kofi Annan, secretario general,
Messina, Italia, abril 1997

Hice la reservación de avión 30 días antes de volar en la central de autobuses. La línea vende los boletos de avión Vivaaerobus y enlaza el flete terrestre con un 75 por ciento de descuento por usar el servicio.




La señorita taquillera no me dijo que en la central camionera de Guadalajara podría adquirir el servicio de traslado hacia el aeropuerto de la ciudad, y comentó no haber problema si llego una hora antes de la salida del vuelo, por lo que acepté comprar el viaje con el terrestre de ETN, aunque al final no tuvo validez, porque al llegar a casa la empresa aérea notificó su modificación de horario de salida por correo electrónico; la opción fue cambiar el viaje terrestre con otra línea de camiones.




La primera vez que escuché las siglas ONG en voz de un amigo sonó extraño, pues lo pronunció en inglés: “Ou En Gi. ¿A poco no sabes qué son?”; me dio pena decir no, pero lo dije y sirvió de mucho aprender.




Una Organización No Gubernamental (ONG) es cualquier grupo no lucrativo de ciudadanos voluntarios que está organizada a nivel local, nacional o internacional con tareas orientadas y dirigidas por personas con un interés común. Las ONG realizan una variedad de servicios y funciones humanitarias, llevan los problemas de los ciudadanos a los gobiernos, supervisan las políticas y alientan la participación de la comunidad. Proveen de análisis y experiencia, sirven como mecanismos de advertencia temprana y ayudan en la supervisión e implementación de acuerdos internacionales. Algunas están organizadas sobre temas específicos, tales como los derechos humanos, el medio ambiente o la salud.




Kofi Annan, exsecretario general de las Naciones Unidas, argumentó en Messina, Italia, 1997: “Vivimos en una era en la cual las relaciones internacionales ya no están dominadas por los Estados como actores únicos. Los participantes incluyen a las organizaciones no gubernamentales, a los parlamentos nacionales, a las compañías privadas, a los medios de comunicación, a las universidades, a los intelectuales, a los artistas y a cada mujer y a cada hombre que se considere parte de la gran familia humana”.
Tres años después de entener un poco el concepto de una ONG, Ruth y yo iniciamos la búsqueda de una de ellas por internet. El requisito era que debía tener la sede en Chiapas. La amiga encontró a Nataté A.C., fundada en el año 2006 por un grupo de voluntarios mexicanos y extranjeros, quienes se reunieron con un objetivo común: su interés por Chiapas, su complejidad y la necesidad de promover el desarrollo local y la paz.




Nataté A.C. realiza proyectos a corto plazo (2 semanas o un mes ), mediano (de uno a 3 meses) y a largo plazo (de 3 a 12 meses), donde puedes participar en campamentos con enfoque intercultural, ecológico, educativo, respeto a los derechos humanos, fortalecimiento y apoyo a gente de grupos marginados y minorías vulnerables.




El encuentro de la ONG en San Cristóbal de las Casas, el lugar más bonito de México –según los turistas europeos–, cayó de maravilla porque en el mes de mayo Nataté A.C. será parte de la organización del Primer Festival de Cine Documental San Cristóbal, del 24 al 29 de mayo.




En el mes de enero envié mi solicitud de voluntaria y tuve la fotuna de ser aceptada. Durante 15 días ayudaré en la logística del evento. Por lo que sé, tendré de compañeros a extranjeros residentes de Alemania, Corea del Sur, España, Italia y México. Ah, y para que conozcan lo se produce en el estado de Colima, les llevaré unos detalles sencillos: ponche, aretes de coco, mermelada de jamaica, cocadas y dos xoloixcuincles de barro.




Confieso que ir a San Cristóbal causa mucha emoción, la misma que tuve cuando fui a La Habana, pero trato de estar tranquila. De pronto imagino al pueblo mágico con la escenografía de naturaleza, indígenas, extranjeros, arte, cultura, comida, voluntarios, zapatistas, artesanías, mercados, pobreza y armonía. Estoy segura que la gente de San Cristóbal me dará lo que busco, lo que en mi pueblo no puedo encontrar. Es mejor dejar de pensar, lo que sí debo es iniciar a empacar.




A veces pienso que los intereses particulares de cada ciudadano casi siempre van por encima de los colectivos, por eso tenemos un país de mexicanos oportunistas, donde para poder actuar es necesario obtener un sueldo. En Chiapas o cualquier lugar del mundo deberían existir muchas organizaciones no gubermanetales que persigan intereses mutuos en proayuda a la sociedad. Pero es mejor dejar de pensar, lo que sí debo es iniciar a hacer mis maletas.








Elsa I. González Cárdenas




Publicado En El Diario De Colima




El 12 de junio de 2011












Nataté Voluntariado Internacional A.C.




Calle Diego de Mazariegos #90




Barrio de la Merced 29240




San Cristóbal de Las Casas Chiapas,




MéxicoTeléfono: +52 967 6316918




jueves, 2 de junio de 2011

Tzajala











































Silviane, francesa, y Marzo, mexicano de descendencia maya, llegaron a Chiapas hace 28 años. Eligieron Tzajala para vivir.

Tzajala es una comunidad de Chiapas, cercana a Ochuc, donde no se permite el consumo del alcohol ni de drogas. Está rumbo a la carretera Ocosingo-Palenque, kilómetro 174.




Hao Mek’Ka es el nombre del hogar de la pareja, un campamento ecológico donde la vida para los residentes y visitantes es el paraíso. El lugar no tiene asignación de cinco estrellas, no cuenta con alberca, pisos de mármol, internet, tampoco camaristas, y la recepción de señal telefónica por celular está muerta. Su belleza radica en la naturaleza.

En medio del bosque con el cultivo de frutas y verduras orgánicas, Silviane y Marzo con ayuda de sus hijos y voluntarios construyen un espacio sustentable donde puedan disfrutar de la Madre Naturaleza, preservarla y ser autosuficientes.


Ahí los terrenos de tierra producen hierbas medicinales que son el remedio de enfermedades y las vitaminas que necesita el organismo para estar sano. Beber agua de limón con perejil y café orgánico con piloncillo es típico; poseen plantación de plátanos de los cuales con la banana elaboran mermeladas deliciosas para el autoconsumo o venta; por ahora el maíz tras 3 semanas de cosecha empieza a secarse, aún no llueve y los hongos setas van en crecimiento.

Las habitaciones son colectivas, hechas de madera con tragaluz de acrílico, pues así mantienen caliente al huésped; los baños son secos, es decir, no se utiliza agua en las letrinas, sólo tierra o cal (evitan el gasto del agua que podría ser utilizado para otros fines), los residuos fecales se utilizan de abono a la tierra; en la cocina hay una estufa de adobe que funciona con leña, la separación de lo orgánico e inorgánico es primordial, pues el primero servirá de abono, el jabón detergente para lavar los trastos es biodegradable; para ducharse hay regaderas con agua fría o si se prefiere está el río. La cría de animales, borregos, gallinas y patos es pequeña, pero con el tiempo incrementará. Evitan el consumo de la carne.

La idea de crear un espacio donde puedan vivir las familias en contacto con la naturaleza de forma sustentable, donde la Madre Tierra permita cosechar los frutos, alimentar, dar empleo a la chica de la tienda del mismo proyecto o a los dos ayudantes del taller en la elaboración de joyas de ámbar y plata en un estado donde el trabajo tiene bajos sueldos es de gran ayuda para ellos.

Hao Mek’Ka no sólo alberga a los visitantes temporales, también a familias de escasos o grandes recursos económicos, siempre y cuando aporten ayuda a la comunidad o al mismo lugar; en sí, es un intercambio de recursos.

El año pasado a Silviane le tocó recibir a un michoacano que llegó y pidió dinero para poder pagar su pasaje de regreso por autobús, ella con gusto se lo proporcionó sin antes él haber enseñado a las mujeres de Tzajala la elaboración de pan, pues el hombre era panadero.

El campamento ecológico tiene un temazcal cuyo guía es Marzo. El temazcal es curativo y por la noche se realiza. En la ceremonia se pide permiso a los dioses de los cuatro elementos para correr el baño antiguo de vapor. Empresas turísticas suelen enviar a clientes para tomar uno, si juntan el número de personas indicadas se hacen, si no se inicia con los que estén presentes.

El intercambio multicultural es enorme: muchas lenguas extranjeras, indígenas, el aprendizaje a la elaboración de platillos de cocina, manualidades, bordados, no tienen límites.

La pareja deben de responder con cargos a la comunidad. Cada 2 años realizan servicios sociales en los giros de salud, seguridad y autoridad. Hace 2 años Silviane atendió el abarrote del pueblo, Conasupo; Marzo fue subagente.

Tzajala es una bella comunidad donde no existen diferencias sociales ni económicas y se vive en un paraíso.


Elsa I. González Cárdenas
Publicado en El Diario De Colima
Este texto pudo sufrir alguna modificación.


El 01 de junio de 2011
Manzanillo, Colima, México