jueves, 11 de octubre de 2012

Distribuidor vial ,Parte I/II


Fotografía por Elsaí González

Frente al antes Centro de Salud    29.09.2012 




EL oficio que la Administración Portuaria Integral de Manzanillo (API) metió al ayuntamiento municipal, área de Desarrollo Urbano, sección ecología, en días pasados solicitó el derribo de 223 árboles en las zonas contiguas al centro del municipio, colonias San Pedrito y Burócrata, con el fin de crear el distribuidor vial para dar paso a los vehículos a través de un puente, esto es por el proyecto del Túnel Ferroviario de Manzanillo.
Dicho proyecto es conocido en realidad por pocos, aunque muchos saben de él por declaraciones de servidores públicos, empresarios, trabajadores del ramo portuario y la Agrupación Ciudadana Manzanillense A.C. (Aciman) a la prensa local.



El proyecto Túnel Ferroviario Manzanillo es un mal necesario, que pudiera haber sido “un bien necesario” si la ciudadanía se hubiera involucrado en conocer la información para saber qué tan viable será la obra en dicho espacio, aunque el resultado fuese casi el mismo. 



No se debe olvidar la presión que puede llegar a causar en la sociedad los temas de interés colectivo en mejoras la ciudad, siempre y cuando existan argumentos congruentes, bien fundamentados, bajo las leyes correspondientes y las partes estén abiertas al diálogo, obligando a los involucrados a ser tomados en cuenta.



Los proyectos de obras municipales son padecidos y disfrutados por los manzanillenses y personas que han decidido hacer del puerto su hogar, a ellos se les debe el crecimiento económico portuario y turístico, no es casualidad que el Fondo Monetario Internacional (FMI) argumente que el estado de Colima ocupa el primer lugar en el país para realizar negocios, a éstos se les debe dar la oportunidad de participar en todo tipo de proyectos, incluso educarlos para ser creadores de planes cuyo propósito sea bien definido: “Bienestar colectivo”. 

Rotulo de valla  29.09.2012 




Hace menos de 2 semanas, barreras plásticas de color rojo y franjas fosforescentes con rótulos, “Ciudad de México”, aparecieron en el inicio del camellón de la colonia Burócrata hasta la mitad de la avenida teniente Azueta; después, unos hombres rompiendo el ladrillo húmedo por las lluvias del mes septiembre; a un lado, la tierra asomaba las raíces de los árboles sentenciados a muerte, mientras en el andén, una mujer en silencio se apresuraba a cortar de un árbol, hojas de limón, quizá para preparar té en casa.



El oficio que descansa sobre un montón de papeles sellados, la oficina de gobierno será desempolvada a partir del 15 de octubre, fecha en que inicia operaciones la nueva administración pública. En ella se enlistan los nombres de los seres condenados a morir: ficus, rosamorada, almendro, lluvia de oro, guayaba, coco, tabachín, nem, palmera cocotera, altura 3 metros a 2.5 metros, entre otros; sólo a 46 se les perdonará la vida, ya que serán trasplantados. 
Lo preocupante es que en ese sitio de taxis vive una hermosa ceiba; es muy probable que la maten. Un poco más de 50 años de edad no será suficiente para dejarla vivir, pues no es una especie protegida como la parota. Es curioso, pues en La Habana, Cuba, existe una ceiba simbólica, y los cubanos la aprovechan para sacar unas cuantas monedas de los turistas con el ritual de dar tres vueltas alrededor de ella y pedir tres deseos.


Replantar no es la solución, es una forma de resarcir el remordimiento de la conciencia de los ecocidas. Pues si realmente importara el desarrollo de Manzanillo, esto estaría reflejado en los servicios básicos de los pobladores: mejores calles, drenaje y banquetas. 






Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
El 11 de octubre de 2012
Manzanillo, Colima, Mexico

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