jueves, 13 de junio de 2013

El hábito del ejercicio

Foto de internet 


Cuando instruyo a algunas personas en cómo hacer una sentadilla, poniéndolas frente al espejo del gimnasio, se me viene a la cabeza la imagen de los profesores de educación física que tuve en la primaria y secundaria, que en realidad desconozco por qué nunca corrigieron mi mala forma de hacer una sentadilla.

Acompañada de la mujer u hombre a quien le muestro la manera y digo: “Se van a sentar en una silla invisible, su peso lo cargarán con las piernas y los pies, las sentaderas deben ir hasta atrás, sáquenlas y la espalda recta”. Es increíble darse cuenta que no sólo yo era la inexperta en el tema, sino la mayoría de las personas que van por primera vez a ejercitarse en un gimnasio o han ido durante años. Uno lo nota en algunos hombres que trabajan barra libre, es decir, una de metal donde puedes adicionarle pesas en discos a los lados. Ésta es colocada en los hombros.

La mala idea en las mujeres de que hacer ejercicio con aparatos las hace musculosas es chistosa, pues de la noche a la mañana nadie toma cuerpo de Popeye, a menos que se inyecten. Por eso no es común ver a las damas o varones con cuerpos bien trabajados por las calles, ya que el hábito de practicar algún deporte o hacer ejercicio no se nos da mucho a los porteños.

Por fortuna, poco a poco el panorama va cambiando. Ahora se puede apreciar la pista del deportivo Cinco de Mayo ocupado por caminadores o corredores, lo mismo pasa en el Tubo Gómez del Valle de las Garzas, el boulevard Miguel de la Madrid, las playas, el malecón del centro de la ciudad hasta el andén de Tapleixtles, y es más frecuente escuchar el tin tin de las monedas doradas o plateadas en el pareo de danza árabe al mover sus caderas en el bailoterapia.

Somos el 70 por ciento lo que comemos y el 30 por ciento lo que hacemos, dice la instructora del gimnasio, razón por la que es importante cuidar la alimentación y hacer ejercicio. No es necesario invertir dinero para ejercitarse, puede estar activo practicando un deporte, senderismo, trotar, correr, caminar o tan simple como hacerlo en casa. Es cuestión de decisión y romper con la pereza.

A las mujeres, después de los 30, la piel comienza a perder la dureza y se inicia la flacidez. Sin embargo, eso no exime a las quinceañeras modernas que tienen una vida inactiva que lo padezcan antes de tiempo. No es raro verlas en faldas o shorts con piel de naranja en sus piernas.

No estoy hablando de estética o vanidad, sino de salud. Si nos ponemos a observar los alimentos que consumimos, cuál de ellos está nutriéndonos, seguro que sólo será una tercera parte del todo. No olvidemos que la comida procesada pierde la mayoría de sus nutrientes, entonces lo que comemos es puro volumen llenador. Lo peor es saberlo y no cambiar nuestros malos hábitos alimenticios.

El ejercicio es adictivo, basta hacerlo diario durante un mes para que tu cuerpo te lo pida.

Ayer leí un artículo en el diario BBC Mundo Salud, de Gabriela Torres, cuyo título es “Una epidemia devastadora de cáncer amenaza a América Latina”, donde indica que no importa si eres hombre o mujer, si vives en América Latina, tienes un 60 por ciento más de probabilidad de morir de algún cáncer que si lo haces en Estados Unidos o Europa.

Esto se debe principalmente a las desigualdades económicas, la falta de políticas, campañas de prevención y los hábitos alimenticios y de salud que la región está adoptando.

Hace hincapié a lo siguiente: “La mortalidad está aumentado debido a los cambios demográficos y al aumento de comportamientos riesgosos como el mayor consumo de tabaco, aumento de la obesidad y la inactividad física”.

Ese artículo no se publica en el diario local, el acceso a él es a través de internet. Ahora me pregunto por qué no hay columnistas en materia de salud o deporte. Sería interesante tenerlos.

Bien sabemos que si nosotros como individuos no cuidamos nuestra alma, cuerpo, mente y salud, nadie lo hará. Estamos muy mal educados en esas áreas. Es indispensable despertar el amor propio, el agradecimiento a estar vivos y sanos. De nada sirven los títulos universitarios, el dinero en las cuentas bancarias, lucir ropa de determinada marca comercial, vivir en una inmensa casa, comer en restaurantes lujosos, porque desconocemos o no deseamos aceptar que todo eso es superfluo, lo único importante eres tú.

Retémonos a tener el hábito del ejercicio. No dejemos de movernos.

Elsa I, Gonzalez Cardenas
Publicado en el Diario de Colima
El 13 de junio de 2013
Manzanillo, Colima, México 

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