lunes, 3 de noviembre de 2014

Espejos de Manzanillo

CAPDAM
LA semana antepasada, reporté una fuga de agua en la calle de la casa donde habito. La señorita, quien atendió la llamada telefónica que hice, argumentó: “Debe esperar 72 horas para que el personal técnico vaya a checarlo. Puede ser antes, todo depende de la carga de trabajo que tengan”. Lo reporté dos veces. Al tercer día, fueron a arreglar la fuga que resultó ser de la casa.

Cuando la mujer exclamó que tenían prioridades por atender, dije entre mí: ¿Cómo puede ser posible que exista algo más importante que una fuga de agua?, ¿no hay personal suficiente para realizar el servicio, mientras el usuario deja ir el líquido vital sin forma de aprovecharlo? Llegué a la conclusión que ni al mismo personal de CAPDAM le da la importancia adecuada al agua.

TRANSPORTE PÚBLICO
La tarea de reportar a un chofer del camión urbano fue porque paró su labor al traer pasajeros a bordo, por ser descortés, grosero y no traer el gafete a la vista de los usuarios. Agustín Gutiérrez, empleado de la dependencia, encargado de recibir quejas y reportes, vociferó que dichas acciones se resumían en una sola palabra: descortesía.

Lo curioso era el argumento del trabajador en el punto cuatro: “El no portar el gafete de conductor, a la vista de todos, sólo le compete a las autoridades, no a los clientes”. Tuve que decirle que la ley dice lo contrario, y que si las autoridades se pusieran a trabajar en asuntos del servicio de transporte urbano, el Ayuntamiento tendría dinero suficiente para realizar acciones a favor de la sociedad; pero desafortunadamente, eso no sucede.

FEC
El Ayuntamiento destinó a la Federación de Estudiantes Colimenses 320 mil pesos para actividades deportivas y culturales, a realizarse durante octubre hasta diciembre, del presente año. Por desgracia, fue una estrategia meramente política, al menos así se percibe.

En efecto, aún se realiza el taller de oratoria por tres sábados; se inició el 11 de octubre y concluirá el 8 de noviembre. El detalle es que del cheque emitido por el gobierno local de 5 mil 500 pesos para el pago a los ponentes, jamás llegó a sus manos. Su servidora fue ponente, y créame, no es el dinero lo que me importa. Participé sin saber qué había detrás del asunto y porque fui invitada por una conocida, y lo hice con gusto, por ella, y porque soy egresada de la Universidad de Colima, institución a la que aprecio. Antes de realizar esta crítica, le cuestioné a la persona sobre lo anterior; la respuesta fue el silencio.

De cualquier manera, la misma Federación presume realizar un taller de reciclaje; en esta ocasión se contempla pagar al tallerista 15 mil pesos. Ojalá reconsideren la propuesta, pues seguro hay más de una persona que desee impartirlo gratis, y si no la encuentran, soy buena candidata para eso.

Sobre eventos deportivos, no puedo opinar, desconozco; pero en cuestión cultural me atrevo a decir que no cuentan con la formación ni el conocimiento de los jóvenes organizadores para hacerlo. Tampoco es imposible lograrlo, es cuestión de rodearse de gente que tenga experiencia en el ramo y ganas de hacer las cosas bien.

Por mencionar un ejemplo, un festival de poesía trayendo a nueve poetas invitados del estado de Colima, cubriendo sus viáticos, carteles, trípticos, reconocimientos, etcétera; la inversión oscila alrededor de 50 mil pesos. Estamos hablando de una programación de 3 días, desde la mañana hasta la noche.





OBRAS EN LA COLONIA BURÓCRATA
Sin previo aviso, se iniciaron, hace menos del mes, las obras de reconstrucción de las dos calles laterales y continuación de la avenida, en la colonia Burócrata, lugar donde padecen los colonos los efectos de construcción de un puente a desnivel, por el proyecto del túnel ferroviario.

Los vecinos estaban descontentos porque desconocían qué se iba a hacer. Luego de una reunión realizada con directivos del proyecto, se les informó las acciones futuras: creación de nuevas banquetas, instalación de iluminación subterránea y colocación de adoquín en las aceras.

Todo eso está muy bien, pero carecen de lo elemental: no son conscientes, educados y respetuosos con el peatón trabajador, ama de casa y extranjero, pues recordemos que ahí se encuentran las oficinas del instituto de migración. Por la noche se puede observar, en la avenida, la falta de luz; en el día, montones de arena y escombro, impidiendo el paso; banquetas destrozadas mostrando tierra y desparramándose en el concreto. No olvidemos que en esa zona está el DIF Municipal, donde también personas con capacidades especiales arriban, poniendo en riesgo su vida por la doble circulación de automóviles, y por algún resbalón que pudieran tener.

Los espejos de Manzanillo refleja una sociedad corresponsable de mantenerlo empañado; demuestra la desgana de exigir limpieza por parte de las autoridades locales, y por ella misma.


Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
El 30 de octubre de 2014
Manzanillo, Colima México

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