jueves, 5 de mayo de 2011

Brincolin



COZCATLÁN al escuchar la petición que Tzalahua –cmpradora– le hizo a Cortés –vendedora– de sustituir el jilguero hembra, muerto en días anteriores por otro, salió a exigir el permiso de la Semarnat, el cual emite para la venta legal de aves, y a rogarle a Tzalahua para que no aceptara ninguno.

Cortés traía en una jaula de casi un metro de alto, cincuenta centímetros de ancho y largo, en ella muchos animales nerviosos, entre ellos un quetzal.

El permiso para comercializar no lo llevaba, su argumento era: “Por las prisas lo olvidé en casa”. Cozcatlán, molesta, la amenazó con denunciarla a la Profepa; Cortés cuestionó quién era ella, que si trabaja en alguna dependencia gubernamental, o por qué el interés de saber si existe o no tal permiso, a lo que ella respondió: “Sólo soy una simple ciudadana que tiene derecho de información”.
Al final, Tzalahua recibió a cambio del jilguero un hermoso cardenal macho y Cortés se marchó con las aves silvestres en cautiverio, ya sin volver.

A Cozcatlán le quedó la duda si el inquilino de plumas rojas pertenece al grupo de aves en peligro de extinción, por lo que se puso a investigar sobre el tema.

Fue a la Profepa, pero el ingeniero que la atendió consideró más importante seguir con los trámites cotidianos del comercio exterior del puerto que hacerle caso a Cozcatlán: “Busque la NOM-059 SEMARNAT 2001, ahí podrá ver si el ave está en peligro de extinción”.

Entonces, mejor optó por buscar asesoría con los amigos ecologistas, Gasca, La Iguana y, por supuesto, con la bendita tecnología del internet, pues hasta ese momento desconocía su nombre.

Cardinalis cardinalis o cardenal norteño. Tiene un distintivo penacho y una máscara en la cara que es negra en el macho y gris en la hembra; el plumaje del macho es rojo brillante, mientras que el de la hembra es de un tono opaco que mezcla los colores rojo y café. Es una especie monógama, la hembra construye sola el nido aunque ambos padres escogen el sitio, y el macho alimenta a la hembra mientras ella construye el nido. Los cardenales permanecen en parejas todo el año, aunque no es claro si siempre son los mismos o van cambiando y colonizando nuevos territorios.

La reproducción comienza con la construcción del nido entre marzo y abril, dependiendo de la localidad. Habitan en los matorrales y bosques abiertos en elevaciones que van del nivel del mar a los 2000 msnm. Es una especie residente común en Baja California Sur, en la vertiente del Pacífico desde Sonora al centro de Sinaloa y desde Colima hasta Oaxaca, y en el interior por toda la planicie central hasta el noreste de Jalisco e Hidalgo. En la vertiente del Golfo desde Tamaulipas hasta la península de Yucatán y hasta el norte de Belice y norte de Guatemala. En Norteamérica se distribuye en el Este de Estados Unidos y Sureste de Canadá.

Los individuos de Cardinalis cardinalis alcanzan su madurez reproductiva al año, y pueden vivir hasta 15 años.

Esta especie se ha visto sujeta al comercio para el mercado de mascotas, tanto a nivel nacional como internacional. Alguna vez esta especie fue apreciada como mascota, pero su venta como pájaro de jaula se encuentra prohibida en los Estados Unidos desde 1918.

Cozcatlán fue con Tzalahua a decirle que el cardenal está en peligro de extinción y debe ser liberado lo antes posible. Por supuesto que recibió la negativa: “No voy a perder mi dinero”; la solución, comprarlo.

El cardenal pasó a ser de Cozcatlán luego de pagar 700 pesos. En la jaula, el ave permaneció muy inquieta durante varias semanas, por lo que fue bautizado como Brincolín. Ésta dejó de volar en su hábitat para vivir tras las cercas de metal sin saber si volverá a ser libre.

Cozcatlán tenía la intención de darle libertad en el Cerro del Toro, porque la Profepa volvió a sugerir que El Terrero, Colima o el zoológico El Palapo, en Coquimatlán, serían buenas alternativas, pero la primera opción tiene 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar.

Lo bueno de lo malo es que el cardenal llegó por alguna razón a la familia adecuada, donde aman a los animales, y lo malo de lo bueno es que el pájaro ya empezó a trinar.

Cozcatlán ahora tendrá que investigar cómo puede vivir un cardenal norteño en cautiverio, o buscar una asociación que se pueda hacer cargo de él, para preservar la especie que está en peligro de extinción.


Elsa I.Gonzalez Cardenas
Publicado en el Diario de Colima
El 05 de mayo de 2011
Este texto tuvo un cambio.

Manzanillo, Colima,Mexico

No hay comentarios:

Publicar un comentario