jueves, 3 de noviembre de 2011

El grabado y la catrina

La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera.
José Guadalupe Posada

EL grabado es una técnica de impresión que consiste en dibujar una imagen sobre una superficie rígida, dejando una huella que después alojará tinta y será transferida por presión a otra superficie como papel o tela, obteniendo varias reproducciones de la estampa. En la nueva Edad de Piedra (neolítico) tiene su comienzo en algunos vestigios rupestres, el trabajo sobre hueso y marfil dan presencia en diversas regiones prehistóricas de Europa, Asia y África.



La invención de la tinta se le debe a los chinos, y el papel en el siglo II d.C. fue decisivo para la propagación del grabado. Una de las primeras xilografías chinas, que es la técnica de impresión con plancha de madera, data de 1331.





En México, en el siglo XVI, los escasos grabados que se encuentran son de madera y no poseen firma. No fue hasta el siglo XVIII cuando se comenzó a concebir el grabado como piezas originales, y hasta el XIX en que los artistas comenzaron a producir ediciones limitadas y a firmarlas. Dicha técnica puede realizarse en madera, vinil, plástico, linóleo, punta seca, tushé, chine collé y relieve.



El grabado en los libros tiene un alto poder evocador. Los sabios chinos decían: “Una imagen vale lo que mil palabras”.


El grabador debe poseer precisión, destreza y concentración para delinear los trazos dibujados en la placa que utilice. Las manos mágicas del grabador lo hacen artista.




Dave Bruner, grabador estadounidense dice: “Una impresión original es una imagen producida de un bloque, placa, o la piedra sobre la cual el artista ha creado un diseño original a mano”. Cada impresión del bloque se firma, se numera y se considera una obra de arte original. Los grabados de madera, los linocuts y las aguafuertes son todos los ejemplos de impresiones originales.


Es por esta razón que a este tipo de reproducciones le tiene gran aprecio la gente conocedora de lo que es el grabado, consciente de que con esta técnica se alcanza la más clara definición.




En el año 1852 nace José Guadalupe Posada en la ciudad de Aguascalientes, un niño que con los años se convertiría en un gran artista popular del grabado. Sus trabajos eran publicados en el periódico donde las imágenes con rostros y cuerpos de calavera criticaba la desigualdad e injusticia social en la época porfiriana, plasmaba la vida cotidiana y creencias religiosas de la gente, historias de crímenes, desastres naturales, apariciones y milagros.




A José Guadalupe Posada se le debe la creación de las calaveras, quien plasmaba a través de sus grabados impresos en la prensa los males y alegrías del pueblo que vivía marcadas diferencias durante el tiempo porfiriano.


La calavera garbancera fue un grabado de Posada, quien criticaba a los “garbanceros”, personas de sangre indígena que pretendían ser europeos, renegando de sus raíces y cultura.




En 1947 el pintor Diego Rivera en su mural “Sueño de una tarde dominical en Alameda Central” plasma como figura principal a la calavera vestida muy elegante, con la serpiente emplumada acompañada de su creador. Dicho personaje está inspirado en el trabajo de José Guadalupe Posada, a quien el muralista bautiza con el nombre La Catrina, que representa la muerte.


Pese a los siglos transcurridos, el grabado es una técnica que sigue y seguirá viva hasta el fin del mundo. En Manzanillo, el arquitecto colimense Horacio Silva, quien imparte sin costo un taller de grabado en Casa Malagua todos los sábados a las 7 de la noche, tiene mayores méritos que el taller del MURA (Museo de Arte Raúl Anguiano) en Zapopan, Jalisco, pues sabe la importancia que tiene ese arte en la historia de la humanidad.


Su estancia por Europa, Estados Unidos y Brasil han sido parte de inspiración en su obra. Él actualmente trabaja una serie de placas al linóleo con sus alumnos, cuyos temas son: naturaleza, personajes, lugares y puerto. Cuatro de esos grabados han sido elegidos para ser parte del cartel del Sexto Festival de Poesía Manzanillo que se llevará a cabo los días, 24, 25 y 26 de noviembre. ¨



La catrina en México no es tan bien recibida por los vivos como se dice, pero cuando llega no queda más que tomarla de la mano para que guíe al futuro difunto a otra dimensión.


“Morir es retirarse/ hacerse a un lado/ ocultarse un momento/ estarse quieto/ pasar el aire de una orilla a nado/ y estar en todas partes en secreto”. Jaime Sabines.



Elsa I.González Cárdenas
Publicado en El Diario de Colima
el 03 de noviembre de 2011
Manzanillo, Colima, México

No hay comentarios:

Publicar un comentario