sábado, 3 de noviembre de 2012

Anomalías en el puerto


SUSPENSIÓN DE OBRAS

Una semana antes del cambio de administración pública municipal conversé pocos minutos con el entonces director de Ecología, el arquitecto Francisco Gudiño, respecto al tema del derribo de árboles para la construcción del distribuidor vial, del proyecto del túnel ferroviario. 

Tuve la oportunidad de leer el oficio que apenas unos cuantos días antes de mi visita, la Administración Portuaria Integral (API) de Manzanillo metió a la dependencia para solicitar el derribo de 243 árboles y 46 trasplantes; era un simple lista con número de folio, donde las vidas de la flora para ellos no vale nada.

El arquitecto comentó que a su planilla laboral no le tocaría aceptar dicha petición, sino a la siguiente, por cambio de gobierno; sin embargo, argumentó que para poder dar luz verde es necesario hacer un estudio, verificar si efectivamente la cantidad de árboles y especies son reales a los que detalla el documento; incluso comentó que por ahí había detectado una parota. 

Le cuestioné sobre las excavaciones del camellón de la avenida Teniente Azueta, él aseguro que estaban haciendo pruebas para meter tubería de fibra óptica, nada tenía que ver con el derribo de la arboleda, ya que aún no estaba autorizado. No transcurrió ni una semana cuando un grupo de hombres iniciaron la tala sin permiso. 

Al comenzar la nueva administración, las obras del proyecto del túnel ferroviario fueron suspendidas por irregularidades, declara en la prensa el presidente municipal, Virgilio Mendoza. Esta acción es un acierto del funcionario, ojalá tome en cuenta a la población quién está y estará sufriendo el “crecimiento portuario”, sin ver ningún resultado favorable para los porteños.


DEPORTIVO “TUBO GÓMEZ”

El domingo pasado fui invitada por un grupo de estudiantes a ver un partido de futbol como parte de la semana cultural de una escuela. El juego fue en el deportivo “Tubo Gómez”, en el Barrio 3 del Valle de las Garzas.

En la entrada, del lado izquierdo, los sanitarios tenían las luces encendidas a pleno mediodía, intenté apagarlas, buscando el switch, pero no tuve éxito. Al acercarme a las canchas de basquetbol me percaté que el piso tiene la capa de cemento y pintura carcomida; en cambio, la cancha de futbol enrejada y con malla, asoma agujeros grandes, las gradas de fierro oxidado, algunas rotas, eso es un peligro para el espectador, así como la diminuta cancha de tartán tiene más asperezas que la mano de un trabajador de campo. 

Es verdad que las cosas por el uso se desgastan, sin embargo, esos descuidos pueden ocasionar futuros accidentes. 

Luego surgió la cuestión: ¿Cómo fomentar el deporte cuando un estadio tiene desperfectos? Espero que pronto los manzanillenses cuenten con instalaciones dignas para ejercitarse y el auditorio goce de seguridad.




Elsa I.Gonzalez Cardenas
Publicado en el Diario de Colima
El 01 de noviembre de 2012
Manzanillo, Colima, Mexico 

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