jueves, 18 de marzo de 2010

Ruido

No es raro que a muchas personas les disguste el silencio. Y que agrade de ese sonido aturdidor que se aferra a los oídos.

Por la calle, en el camino, dentro o fuera de la hojalata móvil, es común escuchar ruidos, si no los hay, se enciende la radio, se coloca un disco o un mp4. Lo importante es sentir compañía. En la soledad de la casa, el televisor encendido, el radio, y la música no son únicamente los reyes del hogar, sino hasta de la cuadra; con la familia, los gritos de los hijos, de la mujer incomprendida, mascotas, ruidos internos hasta en el funeral, llantos, risas, pláticas de reencuentros y mariachis.

En la comunidad de Canoas es distinto. Ahí se puede escuchar la caída del agua que desemboca en el río; la danza de las aves en primavera para conquistar a su hembra; el canto del viento al mecerse las parotas; el crujir de las hojas secas que pisa el caminante; el silbar de los pájaros exóticos; el mugir de las vacas ante un extraño; el cabalgar de un jinete; el tintinear de las campanas en la parroquia y las torrenciales lluvias de agosto.

En Manzanillo, hablar de la contaminación repunta a las manchas de humo en el aire que emiten los hornos de la termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad; la contaminación acústica, cuando el tren de Ferrocarriles Mexicanos impide el paso a los automovilistas, motociclistas, y los cláxones pitan, pero no se toca el tema de contaminación sonora que causa diariamente el puerto interior de San Pedrito.

El C.P. Carlos Kasuga Osaka, director de la empresa Yakult, S.A. de C.V., años atrás, en una visita al puerto dio una conferencia en la que mencionó “quien tenga la oportunidad de ir a Japón, sabrá que a altas horas de la noche no hay salidas de avión, porque el aeropuerto está cerca de una zona habitacional, y los nipones respetan las horas de sueño de los residentes”. Habrá que ir a Japón o investigar el nombre del aeropuerto para dar fe a lo mencionado. Imaginar que esta política se aplique en el tráfico marítimo en Manzanillo, es utópico, pues es el puerto más importante del Pacífico mexicano, el cual debe generar riqueza y empleo al país, sin importar la salud auditiva de los porteños.

La contaminación sonora hace presencia en las colonias Burócrata, Las Joyas, La Bellavista, por las noches y durante el día. Las grúas, los camiones y la locomotora en actividad constante. Los vecinos deben estar acostumbrados al ruido, si no lo están pueden vender sus viviendas, buscar otro lugar para vivir, como si cambiarse de casa no incluyera desprenderse de apegos, cariño que la gente anciana tiene desde que la adquirió, poco antes de la apertura al canal de San Pedrito. Lo mismo sucederá en la colonia Las Brisas, su tranquilidad será un recuerdo. La ampliación de la zona Norte del puerto continuará con sus cambios aún terminada la obra, luego de usurpar, extinguir la natura de algunas especies de flora y fauna, modificará la conducta de los vecinos, sin contar que el pase a la Laguna del Valle de las Garzas se convertirá en un andén de ruidos.

La "contaminación acústica" perturba las distintas actividades sociales, interfiere la comunicación hablada, el sueño, el descanso y la relajación; impide la concentración y el aprendizaje, crea estados de cansancio y tensión que pueden terminar en enfermedades de tipo nervioso y cardiovascular.

¿A quién le importa vivir con silencio, si no se sabe estar solo consigo mismo?

Ya habrá tiempo de tener vacaciones para descansar, irse a un hotel ecológico o de cinco estrellas, a la playa, a la montaña, a otra ciudad, o tirarse en el sofá para ver la película El hombre lobo con Anthony Hopkins. Habrá tiempo de tener paz y tranquilidad cuando se envejezca. Sólo así habrá un rotundo silencio cuando los oídos no permitan escuchar.


Elsa I. González Cárdenas
Publicado el 18 de marzo
Diario de Colima

5 comentarios:

  1. Lamentablemente es parte del desarrollo, pero si loa gente ya nos acostumbramos al ruido, imagina aqui en D.F. por eso cuando la gente de aqui salimos de la Cd. buscamos la tranquilidad yo por ejemplo el sonido del mar.......

    ResponderEliminar
  2. Mi amiga, Isela!
    Sí, entiendo un poco la forma de vivir en el D.F. Aquí en Manzanillo, el mar, es quien nos da tranquilidad, asì como los amores y uno mismo : ).

    Gracias por leerme.

    ResponderEliminar
  3. si, para mi me fue muy ameno...
    Si, te confirmo soy tu Fan.
    Pero no entendì, la relaciòn del Silencio con la soledad...
    ya sabes, yo no soy tan culto. Perdon.

    ME agrado ;)

    Demòstenes.

    ResponderEliminar
  4. Demòstenes:
    De acuerdo a la Real Academia Española, cito qué es la soledad:

    (Del lat. solĭtas, -ātis).


    1. f. Carencia voluntaria o involuntaria de compañía.

    Silencio :

    2. m. Falta de ruido. El silencio de los bosques, del claustro, de la noche.

    ...
    Para tu servidora,la soledad con el silencio van de la mano.
    La mayoría de los seres humanos vivimos en un ruido interno, es decir,siempre estamos pensando en algo que hicimos, dehicimos o haremos. La mente vive en constante ruido interno, no podemos tener paz si no estamos solos con nosotros mismos.
    En tu caso,sientes tranquilidad, paz cuando haces ejercicio, es una forma de canalizar tus energìas y encontrate contigo.


    Espero,explicarme un poco.
    Hasta A Son de Mar!

    ResponderEliminar
  5. Ñoñis! Pero, si comprendi esta vez, pero haz referencia.. ;)

    ME agrada leerte.

    ResponderEliminar