jueves, 8 de abril de 2010

Fotografía de Semana Santa

El profesor Javier, en vacaciones acostumbra visitar a su familia en Manzanillo. Dos valijas de nylon en mano, cámara profesional sobre el hombro y las ganas de oler el mar, fueron su equipaje en Semana Santa.

Instalado en casa, cambia su pantalón por un short, que exhibe las piernas albinas para irse a caminar de San Pedrito, al centro, con la cámara fotográfica.
Pareciera que en cada venida al mar, quisiera llevarse pedacitos de escenario. Fotografía siempre los mismos lugares: el canal de San Pedrito, el muelle de la playa, el paisaje del malecón, las piezas originales del barco “Escorpión”, las esculturas “El Pescador”, “La Pescadora”, “El Marinero”, “La Cazadora de Estrellas”, “El Pez Vela”, el kiosko y la plazuela.
Dice que las imágenes capturadas son distintas cada día.
La playa de San Pedrito es muy concurrida por los porteños y turistas. Su popularidad podría deberse a la tranquilidad de sus aguas, la cercanía en que se ubica con la zona centro, los pocos metros de extensión y la libertad de echarse un chapuzón sin bañador.
En la Semana Santa hicieron presencia las casas de campaña tendidas sobre la arena; cuatro baños móviles en la entrada de la playa sin aviso de existir; una fila larga de personas esperaba desocupada la regadera para enjuagarse o quizá tener el único baño del día; las mujeres cocinaron en los anafres, arroz dorado o camarón empanizado, mientras el resto de la familia conversaba de no sé qué tema; la venta de raspados, tejuinos, fruta, cebiche, sodas, cerveza y hasta ropa de segunda, pintaron el andén con un folclor popular, al ritmo de “la arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción, en el ring luchaban los cuatro rudos, ídolos de la afición, El Santo, El Cavernario, Blue Demon y el Bulldog”.
A mediodía, el malecón de San Pedrito hasta el Paseo El Espíritu Santo, cuando el sol colorea las pieles, el olor a orín fétido acompañó al turista y al local en su recorrido; en el zócalo, un tianguis con techo de lonas mostró artículos para venta, y en la Sexta Región Naval, el buque P104, a las dos de la tarde permitió la entrada a los visitantes.
Por la noche, adentrados en el corazón de la ciudad, una feria improvisada con juegos mecánicos hizo funcionar el carrusel; las fuentes danzarinas fueron uno de los atractivos, bailaron en sintonía del Huapango de Moncayo y en la explanada del Pez Vela, el ayuntamiento municipal ofreció eventos culturales. Había un gentío que ni un fantasma podría colarse en los tumultos.
Fuera del ulular de las sirenas que se oían de vez en cuando durante el día, la seguridad fue buena, y no tanto por la existencia de los cuerpos policiacos, que no se vieron en el centro por sino por el buen comportamiento de los turistas y la población en general.
Da orgullo haber visto las caras sonrientes de los turistas que pasearon a sus hijos por este puerto. También da vergüenza que la Secretaría de Turismo haya invertido dinero en la organización de un Carnaval para promocionar a Manzanillo a nivel nacional, con la ignorancia de que todo el malecón es un baño público. No es una idea descabellada tener urinarios en la ciudad. En Amsterdam, Holanda, desde hace muchos años los transeúntes desaguan sin afectar el ambiente. Incluso aquí en los años noventa, había unos feos y servibles inodoros públicos.
El profesor Javier, al terminar su rollo fotográfico de treinta y cinco milímetros, dirige sus pasos a la Farmacia Guadalajara. Deja los negativos para que los revelen. Se va ansioso, cuenta las horas para regresar a recoger las fotos y presumirlas a la familia como si fuera la primera vez que captura la imagen con la lente.




Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
El 08 de abril de 2010

2 comentarios:

  1. Se me antojo ir a tu pueblo..
    Escritora, describes tantas cosas que uno se imagina..
    Me encanta tu narrativa.

    Saludines

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  2. Pues, ya te dije que está pendiente ir al Faro de Campos, cuando gustes.
    Recuerda que siempre hay un lado con belleza escondida, es cuestiòn de verlo bien : )

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