jueves, 15 de marzo de 2012

Cafecleto


El viaje es un momento de reflexión.
Rubén Hernández Herrera

DESDE los 13 años de edad él quería viajar en bicicleta. Siempre vio esa alternativa en alguna revista española. Fue cuando se dio cuenta que como mexicanos sólo viajamos en vehículos automotores.



Tras un divorcio, aprovechó el momento para reiniciar, reinventar una nueva etapa de su vida, y la inició viajando. Pidió apoyo al ayuntamiento de Xalapa, de donde es originario. Le dieron un donativo. No le alcanzaba el dinero, pero con dinero propio y el apoyo de otros pudo hacerlo. Inició el viaje en tres etapas; en la última sintió que algo le faltaba.
Entonces, gracias al gusto de trabajar con jóvenes, incorporó charlas en su travesía. Permutó con Puebla, San Juan del Río, Celaya, hospedaje y alimentación; en estos ayuntamientos funcionó.
Para Cafecleto, la experiencia de viajar es maravillosa. En una travesía conoció al viajero colombiano, Óscar Cañón, quien le mostró fotografías de Sudamérica, mismas que lo impactaron. Para los viajeros de bicicleta, viajar a Sudamérica es como la graduación: muy duro.
Rubén Hernández Herrera, El Cafecleto, aunque tiene bien fijo su proyecto de vida, que es tener un hotel y un restaurante para sobrevivir, primero está el viaje. Para él es importante estar en la carretera.
Viajar en bicicleta era un proyecto medianamente financiado, pero a la fecha nadie lo patrocina. Recibe donaciones, desde tiempo aire para su teléfono, dinero, hospedaje o alimentación. Él llama al viaje “proyecto integrado”, porque mucha gente participa, da lo que quiere y puede.
Actualmente está haciendo un libro donde narra sus experiencias. La persona que le hace una donación aparecerá su nombre en alguna de las páginas. La idea es que no sólo él sea el único protagonista, sino que sean muchos.
Gracias al proyecto, se ha dado cuenta que existen muchos espacios de movilidad urbana y que son cada vez más. Otro de sus objetivos durante el viaje es ser conferencista. Le interesa hablar con los jóvenes e infantes. Despertarles la semilla del éxito, dejar a un lado el conformismo, la pasividad, invitarlos hacia la meditación, saber qué tienen, qué pueden hacer y echar a andar la creatividad.
Cafecleto les inculca a los chicos plantearse su objetivo académico: “Si van a hacer algo, tírense a matar. Yo quiero ser el primer mexicano que visite los 32 estados del país, con éste llevo 24. Me iré a Sudamérica, a Norteamérica y tendré mi hotel. Lo voy a lograr”. Rubén vocifera contundente quien pedaleó 7 horas su bicicleta, de Colima a Manzanillo.
Enlazar a los grupos, demostrar que con una bicicleta y un par de piernas se puede llegar a donde tú quieras es la filosofía del ciclista. Transportarte es estar hoy, en Manzanillo, y otro día en Careyes o Emiliano Zapata. Él ignora dónde va a quedarse, no sabe dónde comerá, sólo sabe que va a llegar y encontrará a la gente que necesite. En muchas ciudades, como en este caso, no conoce a nadie. Aclara: “No es turismo confortable”. Quizá dormirá en un parque con permiso de las autoridades, en una iglesia, alberque, con bomberos, federales o camioneros. Es vivir la experiencia a romper los miedos. No tomar un auto y manejar a 200 kilómetros por el boulevard. Él ha luchado consigo mismo en la carretera, pero cree que va a avanzando. “Todos en la vida necesitamos en algún momento estar en soledad. Hay que estar solos para pulir todas esas asperezas que tenemos”, dice. Salir en la televisora le ha ayudado.
En Iguala, Guerrero, llega un chamaquito y le dice: “Oiga, señor, dice mi papá que vaya”. Voltea a ver hacia la vulcanizadora de enfrente y observa a un hombre de estatura baja con una de playera con rótulo de bicicleta. El desconocido le ofreció su casa. Durante la estancia le dieron de comer codorniz, iguana y venado. Otra experiencia grande fue luego de dar una charla en una secundaria en San Juan del Río, se acerca una chica y le confiesa: “Qué bueno que vino, don Rubén, porque mañana me iba a suicidar. Estoy embarazada”. Cafecleto cuestiona: “¿Sabes el daño emocional que le causarás a tus padres?, ni muertos se van a recuperar. Uno como padre espera algo del hijo, si no se logra es normal que estén enojados o frustrados. Mira, ve a internet y busca Vifac. El día en que tu hijo te diga mamá, te darás cuenta del regalo que tienes”.
Después de 2 meses, Rubén recibió un mensaje de la joven que en efecto acudió a la organización de apoyo a madres embarazadas en desamparo.
Los viajes de Hernández se han vuelto una experiencia de hermanad. El origen de su nombre es debido a que existe un grupo de ciclismo urbano en Xalapa, Veracruz, llamado “Cafecletos”, del cual es integrante.
Rubén Hernández Herrera menciona: “Invito a la gente a que pierda sus miedos, a atreverse”.

Para realizar donativos podrán la hacerlos al Banco Walmart a las cuentas: 10013369727, vía Mastercard clave interbancaria 134320100133697276 o recargas de tiempo aire al teléfono de Telcel: 3334084256. Facebook: Travesía Ciclista por México.


Elsa I.Gonzalez Cardenas
Publicado en el Diario de Colima
El 15 de marzo de 2012
Manzanillo, Colima, Mexico

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