domingo, 4 de marzo de 2012

Carril central


CUANDO J le cuestiona a I si vive en el cerro, ella ríe y se imagina a una mujer morena de estatura baja, rolliza y con muslos firmes.

 

I, de niña aprendió a mantener el equilibrio sobre dos ruedas en una banqueta inclinada de la cochera. A los vecinos –sus amigos– y a ella les encantaba andar en bicicleta. Juntos recorrían las calles, iban a la playa a dar vueltas por el malecón, hacían competencias de carreras y malabares. Cada uno, antes de montarla, debía limpiarla. Así que unas de las tareas principales consistían en lavarla, quitar el óxido de los rines, engrasar la cadena o acomodarla para que no se cayera en el próximo paseo.

Con el tiempo, algunos vecinos se cambiaron de casa; los otros sólo crecieron y olvidaron el placer que les provocaba andar en bicicleta.
El domingo pasado, el proyecto Vía Recreativa Manzanillo, que consiste en cerrar el carril central de la avenida Lázaro Cárdenas en Las Brisas, para que la población pueda caminar, ejercitarse, pasear a sus hijos y mascotas, continúa con éxito después de la inauguración –19 de febrero–.
En el espacio de cultura, una cuentacuentos llama la atención
de los niños por su personificación, vistiéndose de una manera peculiar, sobre todo por la buena lectura que realiza con las voces de los protagonistas de los cuentos; por otro lado, una persona obsequia un libro; también existe el taller de cerámica o de pintura, entre otras cosas, pero, en realidad, nulas son las expresiones artísticas en el espacio destinado para tal, más bien es una vitrina de talleres para infantes.
La sorpresa la dieron un grupo de raperos locales que deleitó a los visitantes con una canción de su autoría; después, al lugar arribó el musibús que transporta discos compactos de diversa música del mundo, café orgánico y dvd’s de películas ganadoras del Oscar, biografías y documentales para vender.
Dicho móvil viaja a varias partes de la República mexicana, en esta ocasión coincidió que estuviera el estado de Colima.
Lo interesante de este proyecto es percibir el vínculo de amistad que los paseantes hacen al estar cerca, compartiendo el mismo fin, “disfrutar una actividad sana”. Es genial ver que el desconocido le sonríe o saluda al otro que tampoco conoce.
Es típico ver que las patinetas de cuatro llantas son manejadas por hombres nacidos a principios de los 70, los patines de línea por adolescentes, avalanchas por niñas y patines del diablo en forma de “y” por criaturas nacidas en este siglo; las carriolas y bicicletas por mamás de todas las edades, bicicletas de dos asientos por un matrimonio joven, hombres casados y solteros correr en el asfalto, enseñándole al primogénito a andar sobre dos ruedas.
Un punto que deberían aprovechar en los 2.5 kilómetros que abarca la vía es la colocación de botes de basura con rótulos: desecho orgánico e inorgánico, poner contenedores para las baterías en desuso –éste podría ser un centro de acopio–, instruir a los adultos a hacer uso de las tres erres: reciclar, reducir y reusar, aunque lo ideal sería no consumir productos que contengan envases de plásticos o químicos que dañen el medio ambiente, con el fin de crear una cultura ecológica.
De 8 a una de la tarde es la cita. Ni el sol o la resaca del alcohol de la noche anterior pueden ser pretextos para levantarse temprano, alistar al hijo, sobrino o nieto, salir a la calle en bicicleta, transporte público, o compartir el automóvil con alguien, para adentrarse en la Vía Recreativa Manzanillo.
Ojalá la difusión continúe de boca en boca para evitar gastos innecesarios en recursos económicos y naturales.
A I le sigue gustando andar en bicicleta, aunque haya perdido la costumbre de hacerlo; toma una, la monta y empieza a pedalear rápido, como lo hacía en sus años mozos.

Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
El 01 de marzo de 2012
Manzanillo, Colima, México

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