lunes, 13 de octubre de 2014

Entrevista a Azalea Ferrer, 1/3

Azalea Ferrer Fernández es una deportista de origen manzanillense, de 47 años de edad. Desde su niñez ha practicado varias disciplinas deportivas: carrera de 100 metros planos, futbol, lanzamiento de jabalina y bala, salto de altura y longitud.


El gusto por ejercitarse lo heredó de su padre, quien murió cuando ella apenas tenía un año de edad; fue a través de una fotografía que se dio cuenta que él practicaba fisicoculturismo.






En la infancia compitió a nivel inter escolar, luego estatal, en carreras, lanzamiento de jabalina y bala; esto fue en cuando vivía en Acapulco, Guerrero. Ya no había más preparación para participar en los nacionales, quizá se debía a la falta de motivación de los profesores.



Hace unos 15 años comenzó a entrenar en el gimnasio como hooby, y como disciplina, un año y medio. El deporte para ella le ayuda a liberar el estrés, el mal humor y la adrenalina.



Azalea cree que la disciplina del fisiconstructivismo es el deporte más exigente de todos, porque requiere de tiempo, inversión en el gimnasio, alimentación muy limitada, descanso y mucha dedicación. El 90 por ciento está basado en la alimentación para ver buenos resultados, porque por más esfuerzo que realices, si no existe eso, no hay resultado en el físico.



Este deporte es caro, pues requiere de alimentación limitada, de proteína animal, verduras, arroz, los suplementos que son los aminoácidos: carnitina, creatina, proteína, óxido nítrico y algunos anabólicos.



La proteína alimenta el músculo para que crezca; los aminoácidos hacen que absorba mejor la proteína; el óxido nítrico acelera el metabolismo y da un poco de energía; la creatina ayuda a retener un poco el líquido del cuerpo y da más de fuerza; los anabólicos, fuerza, pero no son mágicos, éstos auxilian a que crezcan los músculos.



Respecto a los anabólicos, desafortunadamente mucha gente cree que hacen maravillas, pero hay que tener cuidado al usarlos. Se debe llevar un buen control, porque te pueden dañar los riñones; sin embargo, pueden consumirlos de manera adecuada, y el organismo es limpiado antes y después de aplicarlos; no pasa nada. Esto es lo único negativo que podría surgir.



La alimentación para una persona que entrena en el gimnasio que no se dedique al fisicoconstructivismo tiene que llevar una alimentación sin grasas, sin excesos de carbohidratos y azúcares; hacer 2 horas de ejercicios cardiovasculares para ver resultados favorables, pero no para competir.



En un día cotidiano para Azalea, su entrenamiento es de 2 horas diarias por la mañana y 2 por la noche; pueden ser 45 minutos de ejercicios cardiovasculares por lo menos; lleva una alimentación limitada que incluye pollo, pescado, huevo, carne roja, verduras verdes, arroz integral, no azúcares, ni carbohidratos compuestos, sólo simples. Sobre las frutas, sólo consume algunas, porque la mayoría son dulces. Come plátano, manzana, melón y fresas.



La deportista afirma que si se desea competir, hoy en día es permitido el uso de anabólicos, sólo para personas mayores de edad.



Hablando del descanso, es sumamente necesario para el fisicoculturista. Debe de dormir 8 horas diarias, si no, no hay resultados. El mismo cuerpo lo pide cuando se entrena al extremo.



El hábito del ejercicio es cosa de decisión. Ella lo decidió en diciembre del año pasado. En enero del siguiente año, comenzó a entrenar para competir.



Cuando se tiene una edad más avanzada, se requiere de más tiempo, pero los jóvenes pueden prepararse en 6 u 8 meses antes del concurso.



Azalea no pudo competir más joven, porque en sus tiempos el fisicoconstructivismo era un deporte masculino. Cuando era más joven, iba a escondidas al gimnasio, ya que se ocultaba de su familia.



La primera vez que entrenó en un gimnasio fue donde entrenaba su papá, en el centro de Manzanillo, con un señor de nombre Salvador. La foto de su padre que se encontraba ahí fue su motivación. El espacio de entrenamiento era rústico, estaba en el patio de una peluquería. Después fue a uno que estaba en el centro comercial. Ahí empezó a tomarle un poco de gusto.



Azalea iba al gimnasio a escondidas de su mamá. Cuando tuvo más libertad, luego de tener su propia familia –eso fue apenas hace 5 años–, le ha dedicado el tiempo que desea a esta disciplina. (Continuará),



Elsa I. González Cádenas
Publicado en el Diario de Colima
El 02 de octubre de 2014
Manzanillo,Colima,México 

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