sábado, 9 de marzo de 2013

Turismo extranjero


Villas, Vida del mar  en El Naranjo, Col. Marzo 2013, por Elsa Glez. 



A la hora del desayuno, la comunidad extranjera suele ir a un restaurante frente a la playa La Boquita. Ahí se encuentran viejas amistades de distintas partes del mundo, en su mayoría estadounidenses y canadienses de edad avanzada, pero de espíritu joven.

En el comedor, D saludó a una pareja sesentera, vecinos de su casa de descanso en Manzanillo. C, la hermana de D, le agradó conocerlos. La vibra que emanaban era de paz y gratitud a la vida. Cuando llegó el momento de la despedida, el matrimonio pasó a la mesa de ellas. El anciano, con sombrero café sobre la cabeza, sonrió a los hijos de la D, la esposa de él agregó el comentario que acostumbran hacerle a los infantes: “Your kids are beautiful”, mientras el varón pequeño seguía la instrucción de la tía: levantó los labios de su boca y dio un beso a cada uno en la mejilla, al mismo tiempo cerraba la mano derecha en señal de adiós.

Después de un rato, D comenta con la C: “Ellos tienen apenas una semana en el puerto, acababan de llegar de San Francisco, California. Dice la señora que vino a Manzanillo a recargarse de energía. A su regreso tomará la décima quimioterapia, le acaban de detectar cáncer”. Segundos después de escuchar la noticia, en silencio bendijo a la pareja.

C lamentó el padecimiento de la anciana, también le dio alegría y asombro al saber que su tierra natal es una fuente de energía para todo aquel que quiera adentrarse consigo mismo, en el mar.

Del mes de noviembre hasta abril es temporada de turismo extranjero. Así que por las mañanas o tardes, C disfruta observar a los turistas caminar y correr desde el mirador de la playa Miramar hasta el boulevard Miguel de la Madrid, incluso en la terracerías practicando el senderismo. Después de las 6 de la tarde, hora del lonch para el ciudadano norteamericano, se los topa en los negocios de comida, vestidos con ropas elegantes, de marcas reconocidas, manta mexicana o sport. Le complace verlos, felices, brindando con vino, sin dejar de comer, platicar y reír, mientras los meseros se esmeran en atenderlos lo mejor posible, ya que saben que de ello depende una buena propina.

A media noche, durante la luna llena, el mar tiene su efecto. Las olas estuvieron altas, el viento silbó y vino el frío. Al amanecer, el mar se recorrió unos metros hacia la bahía, en la playa aparecieron sobre la arena diminutas medusas color turquesa, y en La Boquita, las conchas se convirtieron en rocas.

El viernes, 1 de marzo, en la playa de la comunidad de El Naranjo, Colima, una ballena nadó frente a los ojos de la C y la D. Las hermanas admiraban los movimientos de cetáceo, iba y venía de un lado a otro, arrojando agua de su cuerpo. Aunque dicen los porteños que es común su andar por el océano Pacífico, en esa temporada no cualquiera puede percibirlos.

Algunos turistas extranjeros se marchan antes del inicio de Semana Santa. Retornan felices a sus lugares de origen, aunque ellos no gocen de festivales artísticos ni gastronómicos, tampoco conciertos de música con orquesta, menos bailes folclóricos que pudieran organizar la Delegación de Turismo con apoyo de su Secretaría.
Los extranjeros conocen de antemano las carencias de Manzanillo, pero se justifica la falta de visión de las autoridades para regocijarlos durante su estancia. Es importante recuperar la confianza de otros turistas que la han perdido en cuestión de seguridad pública, pues muchos han dejado de venir a Manzanillo y, lo peor, han vendido sus propiedades.

Sería bueno continuar con el ejemplo de Club Santiago, una propiedad de socios extranjeros que posee una biblioteca con libros en el idioma inglés, unas hojas engargoladas con efímera información, escrita a computadora: “Monografía de Manzanillo”, y el de las villas Vida del Mar, que en la entrada al inmueble un rótulo rústico colgaba un anuncio que dice: “Exhibición de obras artísticas”.

La D pronto regresará a California y la C permanecerá en el puerto, pero a esta última se le ocurrirá una nueva idea para consentir al turismo extranjero que, seguro, compartirá con personal del ayuntamiento municipal.
 
 
Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
El 07 de marzo de 2013
Manzanillo, Colima, México

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