viernes, 26 de septiembre de 2014

Con lluvia, lo mismo de siempre

Cada verano es lo mismo. Cuando Dios nos complace en mejorar el clima, dormir frescos por las noches, llueve, mientras las calles y avenidas del puerto se inundan por doquier.

Los lugares que con regularidad están bajo el agua son: el bulevar, frente a la tienda comercial Soriana. Desde el tramo donde se inicia la llantera hasta doblar hacia la avenida Las Gaviotas, de ahí parte hasta el Barrio 5; la avenida Manzanillo en Santiago, comienza en el fraccionamiento Arboledas hasta el andén que hace menos de 6 meses inauguró el presidente municipal; la avenida Elías Zamora Verduzco en contiguo a la empresa refresquera; en el bulevar camino al centro de Manzanillo, el agua estancada paraliza el movimiento vehicular y peatonal. Sólo por mencionar algunos.

Cuando la lluvia cae sin dar tregua a orear las casas y lavar la ropa, nacen los contratiempos innecesarios. La palabra innecesario se menciona por la falta de aplicación de medidas preventivas de las autoridades de gobierno y la sociedad.

Es verdad que esta costa goza de buen servicio de agua potable, drenaje y alcantarillado, sin embargo, eso no es suficiente para poder concientizar a la población en general, funcionarios de gobierno, hacer algo en conjunto con el fin de evitar padecer futuras inundaciones, sobre todo aprovechar el agua de lluvia.

Por fortuna, en pocos sitios, no se cuenta aún con infraestructura de carreteras de cemento hidráulico o chapopote. Quiere decir, hay pisos vestidos de adoquín, piedras o lozas, las cuales permiten el paso del agua hacia la tierra.

Aparar agua en recipientes, utilizarla para uso de baño, lavar las banquetas de la calle, trapear el interior de la casa, son ideas estupendas que ayudan al ahorro del agua potable y aprovechamiento del recurso. Por otro lado, es importante tener en los patios áreas sin recubrimientos artificiales, es decir, tierra al descubierto, que no impidan la absorción del líquido. También sería importante considerar dentro del proyecto, escuelas verdes o pongamos a Manzanillo verde, la creación de techos verdes, tuberías de PVC – botellas de plástico, podría ser– en las marquesinas de los techos con desagüe en tambos. Lo primero no es algo complicado, basta tener plantas dentro de cubetas, botellas plásticas sobre el techo. Con esta acción se evitaría el sobre calentamiento de los espacios y el consumo de aire acondicionado.

Las propuestas no son nada del otro mundo. Hay muchas. Es cuestión de que cada individuo haga su labor en casa.

El trabajo que les compete a las autoridades de gobierno es realizar campañas de concientización del aprovechamiento del agua. Su cuidado es muy bueno, pero no el más importante. Eso de mentirle a la sociedad que cuide el agua, cuando permite que las empresas transnacionales sequen pozos acuíferos o desperdicien millones de litros de agua por hora sólo para limpiar minerales, es una farsa.

La clave de concientizar sería aprovechar el líquido lo más que se pueda. Por ejemplo, si se va a enjuagar un trasto de cocina, en vez de verter el agua directamente al fregadero, sería excelente destinarlo al riego de las plantas; también prescindir de vez en cuando de los químicos que venden para trapear los pisos, sólo agua natural, y después destinarla al jardín.

Por desgracia, la Comisión de Agua Potable, Drenaje y Alcantarillado sólo vende refrescos de cola dentro de la oficina local.

El famoso cuento de los cangrejos japoneses y mexicanos no sólo nos viene bien a los ciudadanos por no hacer equipo. Es bien aplicado en el gobierno municipal en conjunto con la sociedad.

Con lluvia, lo mismo de siempre y el clima es muy reconfortarte, al menos mientras dura la temporada de ciclones.

Cada verano es lo mismo: Agua por todos lados, hasta en la casa, cuando las goteras no se resisten a dormir.



Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
El 04 de septiembre de 2014
Manzanillo, Colima, México



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