viernes, 26 de septiembre de 2014

Felices quince




A los Licenciados en Comercio Exterior, generación 1995-1999


Las piezas de dominó se mueven de acuerdo a la mano del jugador; los cuerpos se desplazan de un lugar a otro, bajo el consentimiento del cerebro; las amistades se procuran pese al tiempo, gracias al amor que existe entre los amigos.

En 1995 la Facultad de Contabilidad y Administración de la Universidad de Colima, campus Manzanillo, tuvo el excelente proyecto de ofertar por primera vez en la historia la carrera de Comercio Exterior en el puerto.

La demanda estudiantil fue grande. Esto motivó a abrir dos salones de clases: uno exclusivo de futuros comerciantes, y otro conocido como tutifruti, ya que en él cursaban estudiantes que iban encaminados a otras áreas.

Después los grupos fueron reducidos a uno; 43 chicos compartían la tercera parte de su vida en un espacio donde apenas cabían. El aula estaba llena de líderes, pero en aquel entonces ellos no lo sabían.

Los compañeros pudieron vivir anécdotas inolvidables, debates eternos, discrepancias respetadas, pleitos, chismes, alegrías, tristezas y viajes.

Cómo olvidar aquella ocasión que en León, Guanajuato, los comerciantes se encontraban ya instalados en las habitaciones del hotel, y tuvieron que abandonarlo porque en recepción había un error, la reservación no estaba a su nombre, sino de otro grupo de estudiantes que también venía de la misma institución educativa; o la vez que Cristina del Río y Lucy de la Garza abandonaron su cargo, jefas de grupo; el apodo que se le dio a Daniel, Potatoe, porque en la clase de inglés así pronunció la palabra papa; a Hugo García, el primo del salón que saludaba de beso en las dos mejillas de las chicas; por supuesto al hijo de Thelma Becerra, Ernesto, a quien más de una vez no aguantó la carrilla de sus compañeros y lo hicieron de scender del camión; a la reina de la FCAM, Paty Camarena, que aparte de ser bella, fue sencilla y linda persona; a René, amigo fiel del grupo; Dulce y el profesor Zárate, que partieron a otra dimensión. De ellos aprendieron que se debe vivir, gozar la vida sin represiones.

Después de 10 años de haber egresado de la facultad, los licenciados en Comercio Exterior se reunieron hace 5 años. Las emociones estaban a flor de piel, las mujeres vestían increíble y los hombres trataban de ser muy varoniles.

Este agosto, los comerciantes cumplieron 15 años de haberse graduado de la universidad, y para celebrarlo, organizaron una cena en un restaurante de la ciudad.

Veintidós chicos convivieron, comieron, cantaron y se divirtieron juntos; los invitados especiales fueron los maestros Alfonso Alcocer, Alfonso Aceves, Guillermo Pirsch, Iván Rubio y José Ríos.

Una egresada de la licenciatura dirigió unas palabras de agradecimiento a los catedráticos, por enseñar lo mejor de ellos; haber sido parte de la formación académica y humana: “Estén seguros que en muchas ocasiones sus conocimientos son bien aplicados en el ámbito laboral. Gracias por estar y ser”, argumentó.

También se le reconoció a la egresada Blanca Fletes por ser la organizadora de todos los eventos y reuniones; al profesor Óscar Urdiales, padrino de la generación y amigo; a Lucy por ser una guerrera y darles buenas lecciones de vida; a los acompañantes, por compartir la felicidad de esa noche. La velada se inició a las 8:30 de la noche y concluyó después de las 3 de la mañana.

El maestro José Torres Ríos expresó que el grupo de la primera generación fue el arquetipo, ya que siempre destacó por ser inquieto, con buenas notas de calificación, viajero y unido.

En la celebración proyectaron fotografías y videos de los estudiantes en los momentos más importantes de su etapa de juventud. Ahí pudieron ver rostros de personas que ya no están en este mundo, tanto amigos como familiares; cuerpos de antes y después; la forma de vestir, comportarse, incluso hasta observar el tipo de juegos que hacían en el descanso de las clases.

“No somos ni de aquí ni de allá”, dijo Lucy, porque la facultad dejó de manejar esta carrera para cederla a la nueva Escuela de Comercio; pero a los demás comerciantes no les importa, ellos saben que son los pioneros, quienes abrieron las puertas en el ámbito portuario a los siguientes egresados de todas las instituciones educativas.

Felices quince, vociferó Adriana Aldaco, quien desde Guadalajara mandó un correo electrónico disculpándose por no asistir a la celebración.

El segundo día de la semana, los comerciantes ya habían abierto un Whatsaap colectivo, que a través de mensaje, no paran de hablar desde las 7 de la mañana hasta la madrugada.



Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
El 28 de agosto de 2014
Manzanillo, Colima, México

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