jueves, 18 de febrero de 2010

Reforestación

La infante, Diana, platicó con la Tía Agostina cuando transitaban por la Laguna del Valle de las Garzas, que en su clase de ecología están viendo el tema de equilibrio en un ecosistema. Que la flora, la fauna, y los seres humanos deben estar equilibrados para subsistir. La Tía escuchó con atención.

“Llevó el ayuntamiento 70 árboles maderables como cedro, cobano, coral y rosa morada que fueron sembrados por las autoridades y habitantes en la comunidad de Veladero de los Otates debido al Programa de Reforestación Municipal” -refiriéndose al Ayuntamiento de Manzanillo.(Diario De Colima, el 11.02.2010).
El pasado, domingo 02 de agosto de 2009, la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) congregó a cientos de personas con apoyo de instituciones de gobierno municipal, estatal y federal y difusión de una televisora, a plantar 11 mil árboles en el Lago del Naranjal, en la población de Villa de Álvarez, Colima.
Se debió estar ahí para ver el entusiasmo de los padres de familia, niños, jóvenes y no tan jóvenes, llegando a partir de las ocho de la mañana al Naranjal con unas tremendas ganas de dar vida a un nuevo ser, un ser que servirá de pulmón a todos los colimenses.
Gulnara, su hijo Ignacio, el hermano Benito, pasaron por Agostina y la sobrina Carolina para ir a reforestar el bosque. Sus rostros parecían de héroes anónimos, creían que con un poco de ayuda podrían salvar al mundo. A la llegada del lugar, hileras de gente caminaban en la dirección instruida por un guía. Tenían derecho a coger dos herramientas, un pico y una pala por familia. Gulnara, tomó dos de cada una para avanzar más rápido. Eligieron una cima del lado derecho con la ilusión de ver los árboles hermosos, veinte años después.
El guía dejó media reja de fresnos pequeñitos para sembrar. La sorpresa fue que al picar la tierra en los lugares marcados con yeso, salieron piedras de todos los tamaños, no solo una ni dos, un poco más. Se retiraron las piedras, se hicieron hoyos con la pala, luego se tomaron las plantas con sumo cuidado, se hundieron en el pozo, se cubrieron con tierra hasta cierta distancia del tallo, se regó con agua, y por último circularon con las mismas piedras para indicar un “no pisar”.
La media reja de treinta y cinco fresnos se plantó. Después llegó una reja entera de setenta pinos, la cual compartieron con una familia de cuatro integrantes, el más pequeño apenas podía caminar en el terreno, por lo que su madre optó por sentarlo bajo la sombra de un árbol seco.
De ocho de la mañana a una de la tarde, el sol quemó pieles hasta tostarlas. Los estómagos parecían percusiones, y la gente no truncaba la meta de reforestar. A lo lejos se oían voces para distraer el cansancio y el hambre “ Unos taquitos por favor! Una coquita! ¿Quieres pozole?”.
El panorama era de risas y buen humor, tanto los hijos como los padres trabajaban la tierra para dar más oxigeno a los colimenses.
Haciendo suma, media reja, más una reja, es igual a un ciento. Ciento cinco árboles, plantados por ocho personas en un promedio de cinco horas.
Una vez le cuestioné a la Exsecretaria del Ayuntamiento en una plática informal “qué han hecho en Manzanillo a favor de la ecología”. Respondió” fulanita, que era la encargada de la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología tenía muchas ganas de hacer cosas pero que no pudo”, entonces argumenté “pues muchas ganas no tuvo, sino lo hubiera hecho. Es tan fácil convocar a la gente para hacer algo si ustedes tienen los medios, quizá sean pocos los que quieran participar, primero se necesita educar“. Ella calló sin decir nada más.
Sin bien setenta árboles madereros fueron entregados a la comunidad de Veladero de Los Otates la semana pasada, es una buena intención por parte de la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología del Ayuntamiento de Manzanillo, se necesita más visión para vivir en equilibrio tanto la flora, la fauna y los seres humanos.
Así, Agostina le explicó a Diana la importancia de mantener el equilibrio ecológico a través de la reforestación.

Elsa I. González Cárdenas
Publicado en el Diario de Colima
18 de febrero de 2010

2 comentarios:

  1. Mi capacidad de discernir no es tan grata.
    Cuando me baso en una observación objetiva de esta narrativa informática, me queda buen sabor de boca, pues a partir de esta info que resaltas, queda claro lo que realmente esta sucediendo. Me encanto esta narración.

    Saludos.



    Atte. Demóstenes.

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  2. Oh, gracias, Demóstenes, es grato saber que mi narrativa gusta.
    Estoy siempre abierta a cualquier sugerencia o crìtica.

    Saludos.

    La Autora.

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